Capítulo 10: Ineptitud y malicia - Parte 10




Obel recobró el sentido repentinamente.

Las palabras de Rebeca llegaron a su cabeza un segundo tarde.

 

“¿A la capital? ¿Acabas de pedir que te lleve allí?”

“Tengo que verificar algo en nuestra mansión familiar en la capital”.

“No es posible”.

 

Obel sacudió la cabeza con decisión, como si no hubiera nada que reconsiderar.

 

“¿Sabes en qué situación se encuentra la capital en este momento?”

 

Recordó la recompensa por la cabeza de Rebeca.

Una cantidad asombrosa.

Incluso Obel vaciló ligeramente al principio.

‘Lo que sacude el corazón de un hombre es el amor, no el dinero’.

Obel renunció a la recompensa y escondió a Rebeca.

Sin embargo, en la capital, especialmente cerca de la mansión de la familia Marjong, había muchas personas cegadas por el dinero.

‘Incluso si ese no es el caso, el Conde Sorte o el Duque Mayhard probablemente hayan contratado a algunas personas’.

De todos modos, la capital no era un lugar donde se pudiera bajar la guardia.

Obel tomó la mano de Rebeca con fuerza.

 

“Lamento decir esto, pero… Rebeca, tu familia...”

 

Obel, que dudaba, continuó.

 

“Está arruinada. Completamente”.

 

Eso era cierto.

Se desconocía el paradero del vizconde Marjong y los negocios de la familia habían quebrado o habían pasado a manos de otros.

‘Entonces, no tienes a dónde ir ahora. No estarás segura a menos que estés a mi lado’.

Obel se vio forzado a mostrar una expresión de pena.

 

“La capital es peligrosa. Está llena de gente malvada que te busca a ti, Rebeca. Si te quedas aquí conmigo, estarás segura...”

“Solo necesito recuperar una cosa, Obel”.

 

Rebeca interrumpió a Obel y se inclinó hacia él.

La distancia entre ellos disminuyó y sus rostros se acercaron.

Cuando Obel vaciló por un momento y tragó saliva seca, los labios de Rebeca se suavizaron.

 

“Sé que hay una orden de búsqueda en mi contra en la capital. Pero si me disfrazo y me oculto, ¿no podríamos entrar y salir de la mansión por un momento?”

“Pero…”

“Obel”.

 

Una voz amable envolvió los oídos de Obel.

 

“Ya te debo bastante. Me ayudaste a esconderme aquí y a recuperarme”.

 

El aliento en sus oídos era tentador.

 

“Entonces, si me ayudas una vez más… nunca olvidaré todas estas deudas por el resto de mi vida”.

“… ¿Por el resto de tu vida?”

“Si, por el resto de mi vida. Viviré como una persona que te debe la vida”.

“…”

“Obel, si me lo pides...haré cualquier cosa”.

 

Por el resto de su vida. Cualquier cosa.

(Glup).

La garganta de Obel se tensó.

Su cabeza sopesaba ansiosamente las ganancias y las pérdidas.

El conflicto no duró mucho.

 

“¿Realmente solo necesitas traer una cosa de la mansión?”

“Si. No tomará mucho tiempo”.

“Si es solo para recuperar un objeto, no tienes que ir en persona…”

“Tengo que tomarlo con mis propias manos”.

“…”

“Definitivamente”.

 

Rebeca acarició el dorso de la mano de Obel como si lo mimara.

El deseo en sus ojos se profundizó aún más ante el suave toque.

 

“Está bien. Pero volveremos antes de que termine el día”.

“Eso es suficiente. ¿Cuándo podemos partir?”

“Tan pronto como la identificación falsa esté lista, tendré el carruaje esperando”.

“Gracias”.

 

Rebeca sonrió como si estuviera realmente feliz y abrazó la espalda de Obel.

Pero sus ojos estaban más fríos que nunca.

 

***

 

Había pasado un mes desde que su esposo se fue.

Yelena estaba viviendo mejor de lo esperado.

‘Pensé que el Príncipe Heredero podría hacer algo complicado mientras mi esposo no estaba’

Entonces, tenía algo preparado.

La mirada de Yelena alcanzó la pila de papeles sobre el escritorio.

Documentos que acusaban al Príncipe Heredero de delitos menores cometidos en el pasado.

‘Trabajó muy diligentemente’.

El Príncipe Heredero no cometió ningún delito grave como asesinato o secuestro.

Sin embargo, se cometió agresiones leves, hostigamiento y burlas como si fuera el pan de cada día.

‘El Rey es ciego. Incluso con estos antecedentes...’

No eran una o dos, la lista de faltas cometidas por el Príncipe Heredero era demasiado larga.

Si todas esas acusaciones se hacían a la vez, incluso el Rey, que amaba a su hijo, no tendría más remedio que tomar medidas drásticas contra el Príncipe Heredero.

‘Iba a usarlo como carta de triunfo si la molestaba, pero bueno. Tendré que sellarlos por ahora’.

Yelena guardó los papeles en un cajón.

El día de la ceremonia, en el Palacio el Príncipe Heredero resbaló y cayó y se rompió la nuca.

Escuchó que un mes después, como si su golpe hubiera sido muy fuerte, todavía se estaba recuperando en el Palacio del Príncipe Heredero.

 

“¿Funcionó la maldición?”

 

Yelena murmuró alegremente.

En ese momento. La piedra de maná en su brazalete brilló.

 

“¡…!”

 

Yelena rápidamente llevó su mano al brazalete.

Cuando transfirió su calor corporal a la piedra de maná, escuchó una voz que había estado esperando.

 

-Esposa.

“¡Kaywhin!”

 

Una voz alegre resonó en el estudio.

 

-¿Qué estabas haciendo?

“Justo… estaba haciendo algunas cosas en el estudio”.

-Ya veo. ¿Algo especial?

“No.  Todo va bien”.

 

Yelena reflexionó un momento antes de abrir la boca.

 

“Pero últimamente, has estado apareciendo en mis sueños con más frecuencia”.

 

Anoche soñó con su marido.

Fue un dulce sueño.

Lamentó tanto despertar del sueño que se obligó a volver a dormirse, pero no pudo continuar con el mismo sueño.

 

“¿Y tú? ¿Aparezco en tus sueños últimamente también?”

-… 

“… ¿No aparezco?”

-Desde el principio.

“¿Si?”

-Desde el primer día en que me separé de mi esposa, has estado apareciendo en mis sueños.

 

Yelena parpadeó ante la brillante piedra de maná.

 

“… Oh, entiendo”.

 

La tensión en su mandíbula se aflojó.

 

“¿Entonces qué hice?”

-¿Qué?

“Me pregunto qué hice contigo en tus sueños”.

 

Por cierto, Yelena había besado apasionadamente a su esposo en su sueño de la noche anterior.

El fondo era un campo lleno de flores.

Flores floreciendo exuberantemente.

Era un día soleado perfecto.

Ella soñó que estaba tumbada en el campo de flores con su esposo, besándose, sin siquiera darse cuenta de que la parte posterior de su ropa estaba mojada con el rocío de las flores.

‘Ah, esto es bueno. Deberíamos hacerlo el próximo año en primavera’.

Mientras Yelena hacía planes para convertir sus sueños en realidad, una voz salió del brazalete.

 

-… Nada grandioso. Solo…

“¿Sólo un beso?”

-…

“¿Quizás más? Espera, eso sería grandioso ¿verdad?”

-Yelena.

 

En lugar de negarlo, la voz que llamó su nombre con consternación sonó como si estuviera admitiendo que había respondido a medias.

Yelena estalló en carcajadas.

Su corazón latía con fuerza.

 

“Te extraño”.

 

La voz salió como un susurro.

Pero seguramente se habría entendido claramente.

Y como era de esperar, la respuesta llegó rápidamente desde el brazalete.

 

-Yo también te extraño.

“¿Cuánto?”  preguntó Yelena, apoyando su barbilla en la otra mano que no llevaba un brazalete.

 

Cydrion le hizo un regalo muy bonito.

El desempeño del brazalete fue tan bueno que cuando le hablaba así a su esposo, parecía que la otra persona estaba a su lado aunque no podía verlo.

 

“¿Cuánto me extrañas?”

-Eso…

 

En ese momento, la voz de alguien que no era la de su esposo salió a través del brazalete.

Mientras escuchaba, se dio cuenta de que la voz estaba llamando a su esposo.

 

“¿Hay alguien que te está buscando?”

-Volveré a contactarte pronto.

“Esta bien. No te preocupes por mí y llámame tranquilamente después de terminar lo que tienes que hacer”

-Te amo Yelena.

 

Por un momento, Yelena se quedó sin habla.

 

“… También te amo”.

 

Fue su última respuesta antes de que la luz de la piedra de maná en el brazalete finalmente se apagó.

Yelena se quedó mirando el brazalete durante mucho tiempo con tristeza por un momento y luego extendió la mano hacia el trabajo que había pospuesto.

‘Tengo que responder a algunas cartas’.

Ayer y hoy, en apenas dos días, llegaron al Ducado varias cartas como si se hubieran juntado.

La mayoría de ellas eran cartas de saludo con contenido formal.

Algunas de casa, algunas de Andyden, algunas de Rosalyn…

‘Y hay una carta de Will’.

Poeta y músico Will.

Yelena recordó ese nombre por primera vez en mucho tiempo.

Una persona que podía tener sueños de predicción y conocía el futuro además de Yelena.

De acuerdo con la propuesta de Yelena de convertirse en amigos por correspondencia, Will le enviaba una carta de vez en cuando como si fuera cuando la recordaba.

El contenido no era gran cosa.

Después de presentar brevemente su situación, preguntaba por la salud de Yelena.

Yelena respondió las cartas en orden y finalmente dirigió su mirada hacia una carta que aún no había abierto.

 

[De: Mielle Lynden]

 

“Mmm…”

 

Una carta de su prima Mielle.

‘¿Por qué iba a enviar una carta ella?’

Sintiendo un presentimiento extraño, ella pospuso abrir la carta y, sin darse cuenta, se convirtió en la última carta en su lista.

Finalmente, después de considerarlo mucho, Yelena finalmente rompió el sello de la carta.

De repente, su boca se abrió y una voz sorprendida salió de ella.

 

“… ¿Eh?”

 

***

 

Una noche oscura en la que ni siquiera la luna había salido.

La mansión, abandonada por los sirvientes, estaba silenciosa y desolada, como si fuera una casa encantada.

Obel habló rápidamente con una cara tensa.

 

“Como prometiste, solo tomaras el objeto y saldremos de inmediato”.

 

La mano de Obel temblaba ligeramente.

Era comprensible.

 

Antes de entrar en la mansión, Obel y Rebeca casi fueron descubiertos.



CRÉDITOS

TRADUCCIÓN: Ciralak

CORRECCIÓN: Daiyu

RAW DONADO: Miranda


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