Capítulo 10: Ineptitud y malicia - Parte 8
Pedirle que desobedeciera la orden del Rey porque no querer estar separados solo unos pocos meses solo era una rabieta infantil.
‘Porque la situación en el norte es muy mala’.
El nuevo general, que la tribu Emyn había nombrado parecía ser una persona más extraordinaria de lo esperado.
Los telegramas desde la frontera norte se hacían cada día más desesperados.
Debido a eso, escuchó que la familia real estaba reconsiderando sus planes y quería reclutar una fuerza de élite de caballería en lugar de soldados regulares para ayudar en la frontera norte.
‘Sí, ¿quién más asumiría este trabajo sino mi esposo?’
… Eso ya lo había aceptado en su mente.
El problema era que su corazón no estaba de acuerdo con su cabeza.
Yelena frotó su mejilla contra el pecho de su marido.
Podía sentir su gran cuerpo tensarse. Los fuertes músculos se volvieron más tensos.
Yelena dijo, resistiendo el impulso de tocar el cuerpo de su esposo porque no era el momento adecuado.
“No será peligroso, ¿verdad?”
“Puedes confiar en mí. No me pasará nada, te lo aseguro”.
Al escuchar la voz grave y firme que caía sobre su cabeza, pensó Yelena.
‘Debo maldecir al Príncipe Heredero’.
Rosalyn, que estaba bien informada, también tenía experiencia en ese campo.
Yelena recordó la primera vez que se conocieron, Rosalyn estaba clavando una muñeca de trapo en la sala de descanso del banquete.
“Dijo que el efecto fue muy bueno”.
Debía buscar algunas de esas muñecas.
Los ojos de Yelena brillaron.
Si el Príncipe Heredero hubiera visto su mirada, se le habría puesto la piel de gallina en los brazos.
Kaywhin, que había estado mirando en silencio a Yelena, supiera o no lo que estaba pasando por la cabeza de su esposa, pronto bajó la cabeza hasta su oído.
“¿Kaywhin?”
Después de una pequeña vacilación, salió una voz baja.
Yelena parpadeó.
Después de un rato, ella levantó la cabeza.
“Lo que acabas de…”
“…”
“¿En verdad? ¿Es cierto?”
“…”
“Cuando vuelvas… ¿de verdad?”
“… Sí”.
Las orejas de Kaywhin, que acababa de confirmarlo, estaban un poco más rojas de lo normal.
El rostro de Yelena, que había estado mirando fijamente a su esposo, rápidamente se puso rojo.
“No puedes cambiar tus palabras. Absolutamente no”.
“Sí”.
“Es una promesa. Sabes que las promesas deben cumplirse, ¿verdad?”
“Sí”.
“Incluso si cambias de opinión después de haber ido y vuelto… solo dilo. No me quedaré callada”.
“No habrá nada de eso”.
“Está bien. Entonces, ¿escribimos el contrato ahora?”
Kaywhin, que había estado respondiendo sin interrupción, se quedó sin habla por primera vez.
“… ¿Tengo que escribir un contrato?”
Yelena que estaba mirando los ojos azules vacilantes, sonrió.
“No, solo lo dije como una broma. No necesitas escribirlo”.
Extendiendo los brazos, abrazó a su esposo con fuerza.
“Es un contrato verbal, ¿de acuerdo?”
El cuerpo ancho y sólido le daba una sensación de estabilidad en cualquier momento.
Además de la emoción.
“Estoy emocionada”.
“…”
“Me gustaría que llegara pronto ese día. Muy pronto”.
Las orejas de Kaywhin se pusieron un poco más rojas ante las palabras que dijo honestamente sin ocultar sus verdaderas intenciones.
En ese momento, Yelena soltó sus brazos y levantó la cabeza, preguntándose qué estaba pensando.
“Me gustaría un anticipo”.
“¿Anticipo?”
“Es un contrato, aunque no lo escribimos. Así que debería recibir un anticipo”.
Luego cerró los ojos y sacó un poco los labios.
Kaywhin al mirar su expresión no supo interpretar lo que estaba pidiendo.
“Por favor, sé más audaz de lo habitual. Porque es un anticipo”.
“… Está bien”.
El cuello de Kaywhin se agitó.
Sostuvo suavemente la barbilla de Yelena y bajó la cabeza.
Los empleados rápidos y los cuidadores que leyeron el ambiente se alejaron del jardín.
La pareja pasó bastante tiempo en un espacio donde solo estaban ellos dos.
***
La fecha de la ceremonia de partida se decidió. Era en tres semanas.
La programación se retrasó más de lo esperado porque era difícil organizar una fuerza de apoyo de élite.
‘La persona responsable de liderar los refuerzos se decidió rápidamente’.
Yelena soltó una risa irónica, pero al menos tener tres semanas más para estar con su esposo era algo bueno.
‘No nos separaremos bajo ninguna circunstancia’.
Fieles a su promesa, durante casi tres semanas, la pareja estuvo pegada prácticamente como si fueran una sola.
[¿Realmente son uno solo? ¿No se separarán ni una vez por error? Por cierto, ¿pueden ser un poco más tranquilos por favor?]
Como siempre, ignoró las quejas interminables de la Espada Santa, cuyo número de quejas había perdido en algún momento.
Cydrion visitó el Ducado.
“Maestro de la Torre Negra”.
Yelena se sorprendió un poco y miró a su oponente.
“¿... Está todo bien?”
“¿Cómo se supone que debo tomar eso?”
La cara de Cydrion estaba bien.
Parecía un poco cansado, pero aparte de eso, no podía encontrar nada diferente a lo habitual.
‘Pensé que te habías vuelto esquelético’.
En su corazón, imaginó que Cydrion se habría reducido a la mitad.
Tal vez fuera porque cada vez que lo contactaba, le respondía que tenían problemas con el análisis del polvo de la joya.
Yelena estaba sorprendida de que el aspecto del otro lado fuera impecable a diferencia de lo que imaginaba.
“No, no es gran cosa. Solo quería decir que has trabajado duro”.
“No fue muy difícil. Este tipo de investigación ya las he hecho muchas veces antes. Fue solo que era un trabajo tan extraño que me mantuvo ocupado”.
“¿De verdad? Bueno, si no te causó problemas, entonces eso es bueno...”
Yelena se quedó sin habla.
Desde hacía un rato, había estado sintiendo una extraña sensación de vacío sin razón aparente.
¿De dónde vendría esa sensación de vacío?
Después de pensarlo, pronto encontró la respuesta.
“¿Y mi hermana?”
“¿Qué?”
“¿No vino mi hermana con usted? Escuché que visitó la Torre Negra hace poco”.
No. Después de que Yelena escupió las palabras, se dio cuenta con retraso.
No fue ‘hace poco’.
Había pasado casi un mes desde que escuchó eso de Edward.
Un mes era tiempo suficiente para que su hermana regresara a casa por su cuenta.
‘Desde cuándo... no, más que eso, ¿por qué naturalmente pensé que el Maestro de la Torre Negra y mi hermana vendrían juntos?’
Inconscientemente los había vinculado. Como si fueran una pareja.
Fue el momento en que Yelena volvió a abrir la boca y trató de corregir sus palabras. Él dijo.
“Si se refiere a la Señorita Liliana, la llevé a la casa del Conde antes de venir aquí”.
“…”
Los labios de Yelena estaban silenciosamente cerrados.
Una respuesta corta.
Pero había tres cosas en esa breve oración que no podían ser ignoradas.
Uno.
La llamó por su nombre.
Definitivamente fue la Señorita Liliana.
Podría haberla llamado más formalmente como Señorita Sorte.
Dos.
‘El hecho de que la llevara antes de venir significa que se quedó con él por lo menos un mes’.
¿Un mes?
¿No solo de visita, su hermana se quedó en la Torre Negra durante un mes?
Tres.
‘La llevó... ¿significaba eso que el Maestro de la Torre Negra la llevó personalmente allí?’
Los ojos de Yelena se entrecerraron.
Su cerebro estaba dando vueltas. Yelena abrió la boca.
“Maestro de la Torre Negra, ¿podría ser que…?”
“¿…?”
“No, no es nada”.
Yelena se mordió la lengua débilmente.
Casi le pregunto a la otra persona: “¿Qué piensas de mi hermana mayor?”
‘Es demasiado pronto’.
Todavía no estaba segura. Todo era solo una suposición.
Aunque las circunstancias eran bastante sospechosas, nada era seguro de todos modos.
‘No puedo sacar conclusiones precipitadas’.
Sin embargo, incluso mientras pensaba eso, la cabeza de Yelena siguió imaginando.
Si, por casualidad, sucediera.
¿Qué pasaría si su hermana y Cydrion se unieran?
El marido de su hermana... en un sentido más amplio, ¿el Maestro de la Torre Negra se convertiría en parte de la familia?
“¿Por qué me mira con esa expresión?”
“¿Mi expresión? ¿Cómo es mi expresión?”
“Bueno. Es difícil de explicar, pero...”
Cydrion, que parecía estar luchando por encontrar las palabras adecuadas, pronto encontró la expresión adecuada.
“¿Debería decir que se asemeja a la expresión de una persona que de repente recibe una solicitud de amistad de un monstruo que nunca ha conocido?”
“…”
“Sentí una gran sensación de rechazo”.
“No, bueno…”
(Coff). Yelena tosió.
Fue vergonzoso que ella mostrara una mueca tan repulsiva.
‘¿Monstruo? No es para tanto’.
Sí, si lo pensabas fríamente, que el Maestro de la Torre Negra fuera el marido de su hermana... no era tan malo.
Más bien, considerando las condiciones, se podría decir que era una opción bastante buena.
¿Posición? El Maestro de la Torre Negra, una organización independiente que ni siquiera la familia real podía controlar.
Aprobado.
¿Apariencia? Si fuera objetiva, definitivamente sería un chico con un atractivo que sería difícil de encontrar en cualquier otro lugar.
Aprobado.
¿Personalidad?… aunque era un poco problemática.
‘Si veo cómo eres educado cuando me tratas, estoy segura de que cuidarás a mi hermana’.
Por muy malhumorado que fuera, sería manso frente a la persona que amaba.
‘También es amigo de mi esposo… desde ese punto de vista, ¿qué...?’
Yelena, perdida en sus pensamientos, de repente volvió en sí.
Como dijo antes, todavía no se había decidido nada.
‘Siempre estoy pensando demasiado por mi cuenta. Dejemos de pensar en esto’.
Sacudiendo la cabeza para deshacerse de sus pensamientos, Yelena cambió de tema.
“Por cierto, ¿por qué vino al Ducado? ¿Salió el resultado del análisis de la joya?”
“No es así”.
Mientras respondía, Cydrion colocó un par de brazaletes sobre la mesa.
“Vine a darle algo”.
“¿Qué es esto?”
“Escuché que Kaywhin pronto emprenderá una campaña en la frontera norte”.
Las piedras preciosas incrustadas en el brazalete brillaban intensamente.
“Son brazaletes que les permitirán comunicarse incluso a larga distancia”.
CRÉDITOS
TRADUCCIÓN: Ciralak
CORRECCIÓN: Daiyu
RAW DONADO: Miranda

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