Capítulo 10: Ineptitud y malicia - Parte 4




“¡Kay...!”

 

Yelena con el rostro sonrosado se puso de pie, pero luego se detuvo repentinamente.

Pronto, una gran decepción se reflejó en su rostro.

No era su esposo.

El que abrió la puerta que estaba firmemente cerrada y apareció ahí era un hombre extraño.

 

“… Hay alguien aquí, por favor salga”.

 

Yelena dijo débilmente y se recostó en su silla.

 

“Y la próxima vez, sería mejor que comprobara si hay alguien en la terraza antes de abrir la puerta”.

 

Estaba tan decepcionada que estaba molesta.

Yelena no se molestó en ocultar su disgusto y gesticuló con impaciencia.

Su gesto significaba que quería que él se fuera rápidamente.

Sin embargo, la persona que debería haberse disculpado y desaparecido no mostró ninguna reacción en ese punto.

De hecho, cerró la puerta de la terraza que estaba abierta detrás de él.

 

“¿…?”

 

Cuando Yelena miró al hombre con cara de perplejidad, su boca se abrió.

 

“¿A quién estabas esperando?”

 

Las cejas de Yelena se dispararon.

¿Escuchó mal?

 

“¿A tu marido? ¿Estás esperando a tu marido? Eres una esposa sumisa”.

 

No lo escuchó mal.

El hombre estaba hablando cómodamente, como si estuviera hablando con un amigo o un subordinado.

Yelena abrió los labios con asombro.

 

“¿Qué pasa contigo?”

[¿Qué pasa con ese tipo?]

“¿Me conoces?”

 

Yelena miró fijamente al hombre con una mirada dura y desafiante.

Se fijó detenidamente en él, preguntándose si lo conocía, pero nada venía a su mente.

En ese momento, el hombre que parecía pegado al suelo habló.

 

“Vaya, esto es vergonzoso… ¿realmente no me reconoces?”

 

(Tap).  El hombre se acercó.

 

“¿Cómo es posible? Desde que no obtuve respuesta a mi carta, he estado pensando que tal vez no te acuerdas de mí... pero aun así, es demasiado”.

 

No entendió lo que estaba diciendo. Yelena frunció el ceño.

Lo importante era que el hombre se estaba acercando demasiado a ella, más de lo que ella quería.

 

“Se está acercando mucho”.

 

Yelena se levantó de su silla y agarró la espada sagrada.

El hombre dejó de caminar como si finalmente se hubiera dado cuenta de que había un arma en sus brazos.

 

“… ¿Una espada?”

“…”

“Yelena, ¿manejas la espada?”

“He aprendido al menos cómo usarla contra un hombre que se acerca sin permiso”.

“…”

“¿Te preguntas cómo lo aprendí? Ven aquí y descúbrelo por ti mismo”.

 

El hombre que alternaba su mirada entre el cuerpo esbelto de Yelena y la espada sagrada levantó ambas manos en señal de rendición.

 

“Bueno, está bien. Es peligroso si alguien la maneja sin experiencia...”

“¿Quién eres tú? No te me acerques y responde desde allí”.

 

El hombre miró a Yelena.

Sus ojos se curvaron como lunas crecientes.

Por un momento, Yelena pensó que había visto esa sonrisa astuta en algún lugar antes.

 

“¿De verdad no te acuerdas de mí?”

“…”

“Tu primer hombre. Tu antiguo amante ¿Todavía no me recuerdas?”

[¿Antiguo amante?!]

 

La Espada Sagrada reaccionó sorprendida antes que Yelena.

Yelena miró inexpresivamente al hombre y parpadeó, luego arrugó su expresión.

 

“¿Heinz?”

“Mi nombre es Hearns”.

“Si, eso”.

 

(Pfft). Yelena dejó escapar una risa falsa.

La Espada Sagrada hizo un ruidoso alboroto.

 

[¿Qué? ¿Antiguo amante? ¿Te acaba de encontrar tu antiguo amante? ¿Es amor y guerra*?]

(*N/T:  es un dicho popular que significa que en situaciones emocionales intensas, como en una relación amorosa, a menudo hay conflictos y disputas como si se estuviera en una guerra)

 

‘Cállate, espada sagrada’.

 

[Mi nombre no es una espada sagrada...]

 

‘Shh, Terry’.

En un instante, la Espada Sagrada se quedó en silencio.

¿Fue porque estaba satisfecho por ser llamado por su apodo?

De todos modos, mientras su mente estaba tranquila, Yelena miró fijamente al hombre, Hearns.

 

“¿Por qué estás aquí?”

“¿Por qué no estaría aquí? No es extraño que un noble como yo asista a la celebración del regreso de la Princesa”.

“Eso no es lo que estoy preguntando. ¿Por qué viniste a esta terraza?”

“…”

“Nunca te pedí que vinieras”.

 

Hearns se encogió de hombros.

 

“¿Tenemos que decirnos siempre que vamos y venimos para poder vernos?”

“No. Solo tenemos que no vernos”.

 

Las cejas de Yelena se estrecharon con desaprobación.

Hearns Pearson.

Cuarto hijo del Conde Pearson.

Y… la primera pareja romántica de Yelena del que se separó después de solo salir durante una semana.

‘Estoy loca’.

Yelena se mordió suavemente la lengua por la oleada de auto repulsión que la embargaba.

‘Por mucha curiosidad que tuviera sobre lo que era el amor, porque de entre todos los hombres tenía que encontrar un tipo así...’

Antes de su mayoría de edad.

Cuando era joven, Yelena se había preguntado por el concepto de relaciones románticas solo por un momento.

¿Cómo se sentiría tener un novio?

¿Sería agradable? ¿Sería algo especial?

Entonces, sin poder resistir la curiosidad, en la fiesta a la que asistió ese día, Hearns, dos años mayor que ella y quien fue el primero en pedirle bailar, Yelena le pidió que saliera con ella.

 

‘Ah... sí, está bien’.

 

Aunque el Joven Maestro parecía sorprendido por el repentino giro de los acontecimientos, aceptó la propuesta tímidamente al ver el lindo rostro de Yelena.

‘Debería haberme vestido un poco menos hermosa ese día’.

Un poco menos arreglada habría sido mejor.

Exactamente una semana después, Yelena, que no había sentido ninguna atracción por su primer novio, lo dejó fríamente.

 

‘Deberíamos dejar de vernos’.

‘Eh… bueno’.

 

Sorprendentemente, Hearns, quien era su novio en ese momento, estuvo de acuerdo sin mostrar ningún signo de pesar.

La primera relación de Yelena con el sexo opuesto, que fue tan breve y aburrida, pareció terminar sin muchos problemas.

Hasta que después de eso, Hearns provocó un escándalo al elegir solo a mujeres casadas en los círculos sociales.

 

‘¿Has oído? ¡Hearns Pearson, dicen que es un  asesino*  de mujeres casadas!’

(*N/T: En este contexto, "킬러" puede traducirse como ‘asesino’ en sentido figurado, ya que se está hablando de destruir una vida en lugar de quitar físicamente una vida)

‘¿Es cierto que, si no estás casada, no importa lo bonita que seas, no puedes cautivar su corazón?’

‘Dijo que se dio cuenta de su preferencia gracias a su ex pareja’

‘Dicen que su ex pareja era bastante hermosa, pero no estaba casada, así que no estaba nada emocionado...’

 

Gracias a esos rumores, Yelena también fue arrastrada por un tiempo al escándalo que rodeaba a Hearns.

Era un rumor que se había calmado y estaba casi olvidado en el mundo social, pero claro que no era un recuerdo agradable desde el punto de vista de Yelena.

‘Sal de aquí... no, mejor yo salgo’.

Aunque tenía que esperar a su esposo, sería mejor irse.

Yelena decidió esperar cerca del lugar donde su esposo y el Príncipe Heredero tenían una reunión privada.

Yelena pasó junto a Hearns.

No, iba a pasar.

Si solo su muñeca no hubiera sido atrapada por él.

 

“Suéltame, Hands”.

“Es Hearns en realidad”.

“¿No me soltaras?”

“¿A dónde vas? No seas cruel, hablemos un poco”.

 

Yelena estaba pensando profundamente.

Entrepierna o rodilla. ¿Dónde debía patear?

La respuesta llegó rápidamente.

Apuntar a la entrepierna era un acto en el que incluso ella, como dama, tendría que hacer algunos sacrificios.

Yelena, que decidió apreciar sus pies y zapatos, pateó a Hearns con fuerza en la rodilla.

(¡Pam!)

 

“¡Ugh!”

“Hearns Pearson. Te advierto que no me hables. Ahora soy la Duquesa Mayhard, no Yelena Sorte”.

“… Ja, ja, ja”.

 

Hearns, que se había estado inclinando y gimiendo, se puso de pie con el ceño fruncido.

 

“Eres realmente atractiva… como era de esperar, una vez que una mujer se casa, se vuelve increíblemente atractiva a partir de ese momento”.

 

‘Tipo loco’.

 

[Iuhhh…]

 

Yelena frunció el ceño con repugnancia fisiológica.

Quizás debido a su estado de ánimo, la espada sagrada en sus brazos parecía temblar levemente como si quisiera entrar en la discusión.

‘Me preguntaba por qué este chico, a quien no había contactado en mi vida, de repente vino a la terraza y armó un escándalo...’

Estaba haciendo eso porque había escuchado la noticia de que Yelena se había casado.

Yelena sintió como si tuviera una erupción cutánea. Ese gusto desagradable que tenía no había cambiado.

Y Hearns no solo mantuvo sus gustos inalterados, sino que también era muy persistente.

Porque todavía no había soltado su muñeca.

 

[¿Debería encargarme de él?]

 

‘¿Tu, cómo?’

 

[Pídele que me balancee. Le mostraré el infierno]

 

(Tsk), Yelena sonrió levemente.

‘Está bien. Puedo manejarlo’.

No había necesidad de usar la espada sagrada o participar en un combate cuerpo a cuerpo.

Yelena llevaba un anillo con magia de ataque grabada en él.

Si fuera necesario, podría haber enviado lejos a Hearns con una sola palabra.

Simplemente no había usado la magia hasta ahora para evitar causar un gran alboroto.

‘¿Debería patear su entrepierna después de todo?’

 

[Ah, ¿tenías un movimiento especial? Estaré callado]

 

Se resistió, pero parecía que sacrificar sus pies era lo mejor.

Cuando Yelena terminó de preparar su corazón, la boca de Hearns se abrió.

 

“Puedo propagar el rumor de inmediato”.

“¿Qué?”

“La esposa del Duque, que no puede olvidar a su amante anterior, lo invitó en secreto a la terraza para una reunión privada mientras su esposo está ausente…”

“Qué mierda-”

“Independientemente de si es cierto o no, ¿no es ese un rumor muy provocativo?”

 

Hearns bajó la voz y susurró.

 

“A todos les gustará. ¿No lo crees?”

“…”

“Podría arrastrar tu reputación y la de tu esposo hasta el fondo con una sola palabra. Piénsalo bien antes de empujarme… uh”.

 

Hearns se rió a carcajadas con una risa sofocada.

 

“Aunque tu esposo ya tiene la reputación en el suelo, ¿hay algún lugar más bajo para llevarlo”.

 

(Tak). Un hilo se rompió en la mente de Elena. Se desató el caos y la locura.

‘Vamos a matarlo’.

(Kee-eeng…),  la piedra mágica del anillo brilló en respuesta a su voluntad.

Fue en ese momento.

(¡Crack!)

Un sonido feroz resonó en la terraza.



CRÉDITOS

TRADUCCIÓN: Ciralak

CORRECCIÓN: Daiyu

RAW DONADO: Miranda


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