Capítulo 10 - Pero la verdad es que debe ser una persona aterradora
A pesar de ser una residencia en la capital, la mansión del Duque Turba era grande y rezumaba una atmósfera pesada. Belita admiró la ventana, que colgaba en el vestíbulo, que era lo suficientemente grande como para pensar.
‘¿Cómo puede sostenerse así?’
Entonces Belita reflexiono.
‘Literalmente es la muestra de su esencia.’
"Bienvenida, Condesa."
"Gracias por invitarme. Es una mansión muy bonita."
"No tenemos jardines de los que podamos estar orgullosos. Solo hay terribles armas colgando de aquí y allá."
"Aun así me agrada."
"Me alegro que así sea. Venga por aquí."
Ante sus palabras, Belita se dio la vuelta y miró a los caballeros. Desde que llegó a la capital, siempre que conocía a alguien, al menos a uno de ellos la seguían. Los miró por un tiempo con la intención de elegir uno o dos, pero al final negó con la cabeza.
"Es de mala educación seguirme cuando estoy en casa de la Duquesa Turba. Todos, den un paso atrás."
"… S-sí."
"¿Está bien que no lleve su escolta?"
"Deben tener un descanso. Los he estado arrastrando desde que llegué a la capital."
Las palabras hicieron reír a la Duquesa Turba. Ella le dijo al sirviente que preparara un lugar para que los caballeros descansaran. Miró a los caballeros que seguían al sirviente para después mirar al techo.
‘¿Qué sucede?’
"¿Nos vamos?"
Después de mirar al techo por un rato, la Duquesa de Turba se rió. La seguí sin decir una palabra.
"Aquí es. Siéntese a mí lado."
"¿No debería sentarme al otro lado de la mesa?"
"Si te quiero enseñar, es mejor que estemos juntas, ¿Cuánto has avanzado?"
Belita sacó el amuleto hecho a mano que tenía en el bolsillo. La Duquesa tomó el talismán y lo inspeccionó para ver si tenía algún problema.
"Ya has llegado hasta aquí. Debes ser rápida."
"Sí, soy muy buena concentrarme. No tengo pensamientos triviales."
"¿Sufres constantemente dolores de cabeza?"
"Bueno, al estar en la capital es inevitable."
"¿No le agrada estar en la capital?"
"Hay cosas buenas, pero simplemente hay algo que no me gusta."
"¿Qué hay de mí?"
La Duquesa Turba tenía una sonrisa. Fue una sonrisa que rompió los límites de las personas.
"Ya se lo dije. Quiero estar cerca de usted."
Belita insertó el extremo del hilo en el agujero sin responder. Los sonidos de ella y su respiración se mezclaron y combinaron. Cuando la respiración se volvió regular, interrumpió.
"¿Qué es lo que quiere?"
"Si hay algo que quiero, ¿Me escuchará?"
"¿Qué pasa si puedo dárselo?"
"…"
"Ya que no puedo dártelo, ¿No estás tratando de complacerme para hacerte el favor?"
"Lo hago porque la situación no es buena. Al principio, traté de hacer lo que hice con los demás, pero no había nada que la intimidara, Condesa."
"Trató de intimidarme…"
"No es una persona que pueda ser amenazada."
"Creo que está siendo demasiado directa."
"Me disculpo si la ofendí."
"No, me gusta. Sin embargo, no tengo ninguna intención de ayudarla."
"…"
"¿No le había dicho ya que soy una persona con poca paciencia? Fue ingenua al creer que te ayudaría solo porque me agrada."
"La Condesa es sencilla."
"¿No querías que fuera honesta?"
"Así es."
"Entonces seré honesta. Originalmente estaba planeando estar aquí por un tiempo, pero las cosas han cambiado."
"¿Las cosas han cambiado?"
"Hay alguien que quiere atacar al norte."
Fue como arrojar una piedra en un estanque de agua tranquilo. Era un color nublado que contenía el cielo en un día lluvioso, pero sus ojos, que brillaban de manera clara, rápidamente se volvieron agitados y borrosos.
"¿Al norte?"
"Si solo miramos los resultados, podría ser una mala historia para el Norte."
"Decir tal cosa es decir que la gente va a morir."
"¿Cuántas historias cree usted que hay en la capital en la que la gente no muere?"
"… Supongo que si lo dice es por algo. Al final del día, usted es una Erten."
"Se equivoca. La razón por la que conozco esta historia es porque soy el creador de la historia."
"¿Qué?"
"Y las personas que planean atacar al norte son socios míos."
"¿Por qué está diciéndome esto?"
"En primer lugar, necesitamos la cooperación de los Duques Turba para reducir el número de muertes tanto como sea posible. Aunque yo soy la creadora de este plan, no me gusta."
"¿No le gusta que muera gente?"
"Eso es cierto, pero... Lo que menos me gusta es la forma en que morirán."
"¿Cómo morirán?"
"Mucha gente se morirá de hambre."
"Sí, así es… ¿Está segura de que quiere jugar con la comida en el norte?"
"No se trata de jugar."
"... Señora, ¿Alguna vez ha muerto de hambre hasta el punto en que realmente pensó que iba a morir?"
Belita aflojó el nudo en su garganta y miró directamente a la Duquesa Turba. Sus ojos estaban llenos de ira.
"¿Sabes lo terrible que es?"
"Lo sé."
"¿Realmente lo sabe?"
"Sí. Sé lo terrible que es no poder comer, y sé lo repugnante que es hacerlo."
"…"
"Lo sé demasiado bien."
Un estómago vacío era doloroso. Cuando supera un cierto nivel, se convertía en un dolor horrible. Y todavía peor, que ese dolor no se desvaneciera. Era repugnante masticar y tragar cualquier cosa para eventualmente sobrevivir a lo que fuera a suceder.
"Realmente no debería dejar que esta historia pase desapercibida. Si quisiera aliarse con otras personas que no fueran usted, sería demasiado fácil. Pero elegí a la Duquesa. Aparte, a las demás personas para que solo usted y yo pudiéramos hablar sin temer ser escuchados, así que aproveche esta preciosa oportunidad."
"¿… Es eso así?"
Preguntó la Duquesa Turba con asombro, y luego contorsionó su rostro. Después de un momento de silencio, habló en voz baja.
"Si quiere hablar conmigo sobre algo así, ¿No debería primero eliminar a la persona que está en el techo?"
"¿Hay una persona en el techo?"
"… Señora, habló de la persona que siempre la sigue. En nuestro último encuentro él dijo que es un vasallo de Erten."
Sein se tapó la boca y cerró los ojos con fuerza. Fue porque estaba en peligro de ser descubierto por Belita.
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"No, Duquesa. Soy la sombra que mandó a poner mi Señor, así que finja no saberlo, ¿Acaso no conoce el poder del amor? Es un poco extraño decir eso."
En la última fiesta, después de que Belita se despidió, Beatrice se acercó a Sein por detrás y le puso un cuchillo en el cuello cuando estaba a punto de moverse. No importa cuánto se distrajera viendo a Belita, no la notó hasta el momento en que puso el cuchillo en su cuello. Sein se sorprendió por un momento, pero instintivamente lo supo.
‘Es igual que yo…’
A diferencia de Sein, que se especializaba en espionaje y supervivencia, ella era una asesina entrenada únicamente para el asesinato. Al final, Sein pudo sobrevivir solo después de mostrar el escudo de Erten para probar su identidad.
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"No entiendo muy bien de qué está hablando."
"¿No lo sabe?"
"…"
"Parece que realmente no lo sabe. Supongo que su esposo se lo puso a escondidas."
"¿Ian…?"
"¿O acaso ese hombre que dice ser su vasallo es simplemente una farsa y es bueno mintiendo que ni siquiera yo pude darme cuenta? Si es así, no podrá salir vivo de esta mansión."
‘No parece estar bromeando.’
Tenía bastante confianza en sobrevivir, pero no estaba seguro de poder escapar perfectamente. Y no podía dejar atrás a Belita.
‘No puedo evitarlo.’
Sein suspiró y golpeó el suelo con los puños. Tres largos y dos cortos. Era un cifrado que se usaba entre los asesinos. Una señal con la mano que indica tomar riesgos para completar una misión.
"Baja."
Sein encontró la puerta que se deslizaba hacia abajo. Como la estructura no tenía adónde ir excepto al final del pasillo, aterrizó en el pasillo y se ajustó la ropa.
‘¿No tengo polvo, verdad?’
Incluso si era una socia comercial, definitivamente era una Duquesa. Mientras se presente como vasallo de Erten, no debe cometer errores. El tocó la puerta.
"Voy a entrar."
Sein abrió la puerta e inclinó la cabeza cortésmente. Luego habló con voz educada.
"Me presento formalmente, Duquesa Turba. Soy la sombra de Erten, Sein."
"¿Sein…?"
"Ha pasado un tiempo, Señora."
"¿Por qué estás aquí?"
"Estoy aquí por órdenes del Señor."
"… Sí, ya veo. Pero por ahora, deja tu cargo y retírate."
"Sí, lamento sorprenderla. Me retiraré."
Cuando Sein salió de la habitación, Belita miró la puerta cerrada sin decir una palabra y abrió la boca.
"Perdón. Yo tampoco lo sabía."
"No, está bien..."
"De todos modos, lo digo en serio. Si el plan tiene éxito, el Norte podrá recibir apoyo de suministros además del apoyo estatal en el invierno."
"¿Es eso realmente cierto?"
"Le quitaremos todo a las familias nobles."
Belita miró fijamente a Beatrice, que parecía estar en agonía, y le preguntó.
"Duquesa, si puede obtener apoyo material como dije, ¿podría concederme mi petición?"
"Está bien, siempre y cuando resolvamos las cosas urgentes primero."
"Como era de esperar, lo que querías era mineral de hierro."
"Si podemos obtener mineral de hierro de Erten, podemos usar los suministros extras para alimentarnos. No nos había llegado el apoyo de la iglesia y los precios del mineral de hierro están subiendo. El norte está al límite. Originalmente, no tenía pensado venir a la capital."
"… Si esto resulta ser exitoso, podrá obtener la ayuda de Erten."
"¿Por qué? ¿Por qué estás tratando de ayudarnos?"
"Es gracioso, de alguna manera parecen haber cambiado las posiciones. Voy a resumirlo."
"¿Va a resumirlo?"
"Para evitar la guerra."
"… Guerra."
"Si los Turba se mantienen firmes, podremos evitarla."
"¿Alguien está tratando de iniciar una guerra a propósito? ¿Destruyendo el Norte?"
"No puedo darte una respuesta definitiva. Tengo que pensar en el número de casos."
"No parece estar muy segura. Nosotros haremos también nuestra propia investigación."
"Si alguien realmente intenta iniciar una guerra, ¿Qué hará?"
"Lo matamos."
No había emoción en los ojos de Beatrice, quien dijo que los mataría limpiamente. Ni siquiera parecía tener vida.
"Pero antes de eso, la pregunta es si puedo creer completamente lo que dice la Condesa."
"Depende de usted decidir, Duquesa Turba."
"Beatriz."
"¿Qué?"
"Llamame Beatriz."
Beatriz le mostró una sonrisa seca a Belita, quien la miró con sorpresa. Belita se dio cuenta de que se había encontrado con su rostro real por primera vez. La imagen de una bestia que tenía en ese momento era esencia real.
* * *
Al regresar a la mansión, estaba contemplando qué hacer con Sein. Él, permaneció en silencio como si esperara mi disposición.
"Sein."
"Sí, Señora."
"No tienes que esconderte y seguirme de ahora en adelante. Sería más cómodo para ti si me vigilas haciéndote pasar por un caballero. No importa lo que me pase, Sein, te llevaré conmigo."
"¡No estoy aquí para vigilarla!"
"…"
"No estoy aquí como un perro guardián, estoy aquí como su escolta."
Belita pasó sus dedos por el borde de la taza. Las marcas de lápiz labial rojo se extendieron a forma de mancha sobre su mano. Frotó sus dedos y borró el lápiz labial restante.
"Ian me dijo que solo tenía 5 escoltas, además fui yo quien les dio el rol de vigilarme."
"…"
"¿Eso a ti en qué te convierte?"
"Soy su escolta."
"…"
"Son cinco los caballeros que la escoltan en la capital. Yo la he estado escoltando por órdenes de mi Señor desde hace ya mucho tiempo. Para ser precisos, fue desde el momento en que Erten se involucró en la rebelión."
Sein sacó dos bolsillos y los puso frente a mí. Ambos bolsillos se sentían como si estuvieran llenos de cosas pequeñas.
"¿Qué es esto?"
"Por favor, compruébelo usted misma. Señora, esto es algo que siempre llevo conmigo desde que comencé a escoltarla."
El primer bolsillo contenía joyas. Eran de alta gama y pureza, por lo que debían ser bastante caras. El segundo bolsillo estaba repleto de tarjetas de identificación. Entre ellas se incluían comerciantes, mercenarios, músicos, nobles, etc. Todas pertenecían a un estatus que podían pasar sin problemas por cualquier puerta. Además, cada una venía en pareja, una de hombre y otra de mujer.
"Se me dio la orden de ponerla a usted como prioridad. No importa que, mi deber es protegerla. Una rebelión sigue siendo una rebelión."
"…"
"Incluso si Erten es aniquilada, la voluntad de mi Señor es mantenerla a salvo, Señora. Debo estar preparado en todo momento. No es que la haya estado vigilando."
"... No me hagas reír."
"Señora…"
Belita frotó los ojos. Las lágrimas no salieron. Sus ojos ni siquiera se llenaron de lágrimas. Más bien, su mente se enfrió.
"Mi marido es realmente un idiota."
"No tengo nada que decir."
"Lo entiendo por ahora. Pero deberías seguirme como un caballero de ahora en adelante. No importa cuáles fueran las órdenes de Ian, no toleraré que vuelva a esconderse y a escoltarme como antes. Si vuelve a interferir con mi trabajo, entonces no tendré jamás la intención de que vuelva a acompañarme."
"Sí, lo entiendo. Pero señora, tenga en cuenta que la situación en la que se encuentra ahora es mala. Si algo sucede, no dudaré en dejar de fingir ser un caballero y la llevaré a salvo."
Sein respondió con una sonrisa juguetona como de costumbre. Belita se rió entre dientes.
"Más importante que eso, quítate esa ropa negra. ¿En qué estaba pensando al usar eso?"
"Jeje, esta es la camisa especial que usan las sombras. Me imagino que parece sospechoso que sea toda negra. Enseguida me pondré el uniforme de los caballeros."
"Jaja, estoy segura que Lina se desmayará por la sorpresa. Usted solía ser un sirviente, pero de la noche a la mañana se convirtió en un caballero."
"Los sirvientes normales se desmayarían o se sorprenderían. Sin embargo, debido a que son gente de Erten, deben tener bastante educación y clasificación. La señorita Lina lo entenderá sin objetar mucha reacción."
"¿Clasificación?"
"Puede variar dependiendo del trabajo que haga. Puede pensar en ello como un nivel de confianza. "
"Ah…"
"Y Señora, tengo una cosa que decirle."
"¿Sí?"
"La Duquesa Turba es una asesina. No sé si está trabajando en eso actualmente o si lo hizo en el pasado."
"¿Así qué fue por eso esa sutil sensación de vértigo?"
"¿Perdón?"
"Bueno, se sintió un poco como la relación que tienen Ian y Phil. ¿Debería decir que fue una corazonada?"
"Si usted noto eso, permítame decirle que tiene bastante talento. Sí y no. No es exactamente lo mismo, pero también siento que la gente aquí tiene una sensación única. Bueno, eso es todo lo que tenía que decir."
"Eso es todo…"
"Oh, ella no debe estar enterada que tiene usted esa clase de talento."
"Lo sé."
Sein sonrió como la respuesta de Belita lo tranquilizara. Luego, recogió los bolsillos de la mesa.
"Me disculpo una vez más, Señora."
"Solo estás siguiendo las órdenes de Ian."
"Jajaja."
"¿Vas a informar a Ian con regularidad? La próxima vez, ¡Dile que cuando regrese tendremos mucho de qué hablar!"
"Sí. Tenga por seguro que se lo informaré."
"Está bien, salgamos. Tómate un descanso hoy y preséntate a los caballeros mañana. También necesito tiempo para organizar mis pensamientos."
"Si, gracias."
Cuando Sein se fue, Belita sonrió y apretó los puños. Regañó a Sein en un tono ligero, pero estaba realmente molesta.
‘¿Qué pretendes al querer que solo yo sobreviva? ¿Crees que seré feliz? ¿Crees que seré realmente feliz si preparas un plan en el cual solo yo sobrevivo? ¿Qué ganas con preocuparte por situaciones que todavía no ocurren?’
Belita sabía la respuesta sin necesidad de preguntárselo a Ian.
El solo quiere que ella sobreviviera, porque él no podría vivir nuevamente solo.
‘¿Por qué eres tan cobarde? ¿Por qué…?’
Belita era igual a él.
‘¿Acaso no vine con la intención de acabar conmigo misma en caso de que algo saliera mal? En todo caso, yo también soy una cobarde…’
* * *
Lina estaba dando vueltas y vueltas en la cama, se levantó cuando vio que la ventana estaba completamente iluminada. El día anterior estaba fuera de servicio, así que organizó todo para que otra sirvienta cuidara de Belita. Aun así, no pudo descansar bien. Sabía que estaba extrañamente condenada al ostracismo por las doncellas de la capital, así que pasó el día en su habitación.
"Mis ojos parecen estar más oscuros."
Lina, que estaba tratando de determinar su enojo, suspiró cuando recordó que no tenía ninguna razón.
"Bueno, no importa."
Con el pelo trenzado y recogido, se puso un delantal. En estos días, Belita se despertaba temprano, por lo que Lina también salía temprano de la habitación para recibirla por la mañana.
‘Por supuesto que puedo dejar que la otra sirvienta se encargue de atenderla por las mañanas, pero simplemente no quiero.’
Belita era muy sensible cuando se despertaba. Sin embargo, cada vez que imaginaba su rostro siendo amable con otra persona, le inquietaba.
"Disculpe, Señora."
"Adelante."
"¿Ha dormido bien, señora?"
"Estoy bien, ¿Qué hay de ti?"
"Si, dormí bien. Preparé agua para el lavado."
"Sí."
Belita respondió con voz sumergida y luego hundió las manos en el agua. Lina vio como Belita se lavaba la cara, preguntándose si debería haber agregado un poco más de agua fría.
"Aquí tiene."
"Eh…"
Tomando la toalla que le dio Lina y secándose la cara, Belita ciertamente se veía más aturdida que de costumbre. Estaba preocupada por lo que había sucedido en la Residencia Turba el día anterior, pero Lina la miró en silencio sin hacer una pregunta.
‘No creo que se sienta bien.’
"¿Tuvo un buen descanso ayer?"
"Sí, ha pasado un tiempo desde que tuve un buen descanso."
"Me alegro de que lo esté. También estoy pensando en tomarme un descanso hoy. Tendrás que esperar un rato. Envía al sirviente y dile que no asistiré a la fiesta de hoy porque me siento mal."
"Si entiendo."
"Y tengo a alguien a quien presentarte."
"¿Perdón? ¿Alguien a quién presentarme?"
"Sí, es alguien que tú también conoces. Pensé que podrías sorprenderte si lo descubres de la nada."
"Si se trata de alguien que conozco, ¿Es por casualidad sirviente de la mansión en la finca?"
"Sí, es cierto."
"¿Es un trabajador de la finca? Pero han contratado suficiente gente para atender la mansión de la capital, no pensé que tendríamos escasez de servidumbre…"
"No se trata de eso."
Ante las palabras de Belita, Lina se sorprendió, pero Belita solo sonrió y no dio más respuestas.
"Tengo un poco de hambre. Comencemos con el desayuno."
"Oh sí. Enseguida lo traeré."
Cuando Lina salió con el plato con agua, Belita se levantó y se puso la bata. Luego miró hacia el techo y dijo.
"Sein, ¿Estás ahí?"
"Sí, Señora."
"Ja, ¿No te dije definitivamente que descansaras?"
"No puedo hacer eso. La noche es más peligrosa."
"¿Por qué crees que hay dos caballeros escoltándome?"
"Bueno, estoy descansando tanto como puedo."
"¿Lograste preparar el uniforme de los caballeros…?"
"Por supuesto. Lo estoy usando ahora. Cuando salga, no tendrá que preocuparse, porque estoy seguro de que actuaré como un caballero impecable."
"Entonces baja de inmediato del techo. De ahora en adelante eres mi caballero. Tienes que estar aquí no allá arriba."
"Señora."
"Es una orden."
"Lo siento, pero tengo como prioridad seguir las órdenes de mi Señor."
"De todos modos, no habrá ninguna emergencia."
"¿Cómo puedes estar seguro?"
"¿Crees que Ian es el único con un plan de respaldo?"
"¿Señora?"
"Yo también tenía un plan para que Ian saliera ileso. Mi plan ya está completo. Si algo pasa, yo seré la primera en morir. Para ese entonces tus órdenes serán inútiles. La religión milletiana tratará de retenerme primero. ¿La traición? Todo será inútil, ¿Crees que puedes cubrir al origen de la traición con un curita?"
"¿Qué está pensando?"
"Si quieres saber lo que pienso, deberías venir y ser mi caballero, Sein."
Después de unos momentos de silencio, Sein finalmente se rindió y bajó del techo. Como dijo, vestía el uniforme de caballero de Erten en lugar de la túnica de la sombra.
"Estupendo."
"Señora, no sé lo que está pensando, pero ¿Puede detenerse?"
"¿Parar? ¿Por qué debería hacer eso yo?"
"Señora."
"A diferencia de ti, no tengo ninguna razón para obedecer las órdenes de Ian."
"¿No comprendió lo que le dije anoche?"
"¿De qué estás hablando?"
"Señora."
"Acepté que me escoltaras como cualquier otro caballero. Pero nunca dije que entendería que huyeras conmigo en una emergencia."
"…"
"¿Aceptaste mi sonrisa en ese entonces como comprensión?"
Sein cerró la boca. Contrariamente a la apariencia traviesa de ayer, la atmósfera de Belita era pesada como si estuviera oprimiendo el aire. Pero la razón por la que Sein no podía hablar era porque los ojos de Belita no eran muy diferentes a los de ayer y ahora. En ese momento, Lina llamó a la puerta. Belita sonrió y le pidió que pasara. Cuando Lina, que estaba usando el carrito de servicio para llevar el desayuno, vio a Sein en la habitación, abrió los ojos como platos.
"¿Señor Sein?"
"Ha pasado un tiempo, Lina."
"¿Cómo está Sein aquí…? ¿Y esa ropa? Señor Sein, ¿Eres un caballero?"
"…"
"¿Es esto una tortilla para el desayuno? Será delicioso. Sein, ha pasado mucho tiempo, sobre todo, ve a desayunar con Lina. Es solo una comida, así que no necesito un asistente ni una escolta."
Después de levantar la tapa de la comida y revisar el contenido del plato, Belita dijo con voz optimista. Sein miró a Belita con los ojos entrecerrados, pero Belita se encogió de hombros y señaló a Lina con la barbilla.
"Ustedes dos estarán junto a mí durante un tiempo, ¿No deberían por lo menos llevarse bien?"
* * *
"Es por eso por lo que los dos deben bajar a la cocina y desayunar."
"¡No, señora! No suelo desayunar…"
"Sí, sí, sí. Como sea, vayan a comer."
Sein y Lina, que fueron empujados fuera de la habitación por Belita, miraron absurdamente la puerta cerrada con un golpe. Sein señaló su frente y maldijo en voz baja. Luego empezó a llamar a la puerta.
"¡Señora! Es peligroso estar sola."
"Entonces, ¿Puedes decirle a unos de los caballeros que entre? Vayan a desayunar."
Como parecía que no lo dejaría entrar sin importar nada, Sein miró a los ojos al caballero que estaba esperando. Como estaban familiarizados con Crane hasta cierto punto, inclinaron la cabeza para saludar brevemente, y Crane entró en la habitación. Sein, que se sintió aliviado hasta cierto punto en ese momento, suspiró y dio un paso atrás.
"Con su permiso… Entonces..."
Al ver a Rina hablar cuidadosamente con Sein, tragó un suspiro. Lo que Belita quería de él era una escolta y no una sombra. Tanto la dulce Belita de anoche como la firme Belita de ahora decían eso.
"Si no vienes después de comer, no creo que la señora la deje entrar, así que vaya a comer y regrese."
"¡Más que eso, señor Sein! ¿Qué diablos está pasando?"
Sein miró a Lina por un momento y sonrió. Solía reír todo el tiempo para jugar a ser un buen sirviente, pero ahora no tenía que hacerlo más.
‘Bueno, básicamente no hay muchas ocasiones en las que tengo que interpretar a una persona amable… Ahora que soy un caballero, ya no tengo que cargar con ese peso.’
"No puedo decirte los detalles, pero por ahora, todo lo que necesitas saber es que soy la escolta de la Señora."
Dicho esto, Sein mostró la placa en su pecho. Esa placa lo vinculaba directamente con Phil, el maestro de las sombras. Con ojos suaves pero duros, Sein comenzó a moverse con una expresión de satisfacción en su rostro. Lina fue tras él.
'Oh, ¿Es demasiado rápido?'
No estaba acostumbrada a la sensación de la capa ondeando, así que no pude prestar atención a los pasos de Lina siguiéndola. Mientras bajaba el paso, Lina suspiró y bajó la falda que sostenía.
"¡Oye, Sein! No… ¿Sir Sein?"
Al final de la oración, Luna había agregado en pronombre Sir con voz sutil, Sein se dio la vuelta mientras contenía la risa. Se cruzó de brazos e inclinó la cabeza como si algo estuviera mal.
"Llame como quiera, señorita Lina."
"Ah, sí."
"¿Qué otra cosa necesita?"
"Normalmente no desayuno. Voy a regresar para ver a la Señora, pero siéntete libre de bajar a desayunar."
"La señora no te dejará entrar si regresas ahora."
"Esperaré afuera."
Las cejas de Sein estaban ligeramente fruncidas ante la apariencia de la obstinada Lina. Lina evitó en secreto la mirada de Sein.
"¿Hay alguna razón por la que no quieras ir al comedor? La comida aquí es muy buena. La he robado varias veces, así que lo sé."
"¿Robado?"
"Bueno, hubo muchas veces en las que tuve que ocultar que estaba aquí. Además, hubiera creado un escándalo si entraba así como así al comedor de los sirvientes. Me gustaría pasar desapercibido lo más que pueda."
Sein desenvolvió sus brazos y agarró la capa con ambas manos y la agitó. Mientras la capa que normalmente adornaba las espaldas de los caballeros ondeaba en su mano, Lina sonrió.
"Entonces puedes ir al restaurante de los caballeros."
"La comida allí no sabe bien. Ese lugar solo sirve para no tener el estómago vacío."
Al final, Lina no pudo soportarlo más y se echó a reír ante su voz seria. Cuando se echó a reír, Sein se encogió de hombros y dio un paso atrás.
"Está bien, vayamos juntos."
"¿Te gustaría acompañarme también?"
"No soy una dama, soy una criada, así que no lo necesito."
Lina volvió a agarrar la falda y empezó a caminar rápidamente. Sein la siguió sin decir una palabra.
‘Es un hombre habilidoso.’
Sein era muy bueno en hacer que los límites de la otra persona se relajaran con una consideración que era fácil pasar por alto, ganándose el favor de la otra persona con bromas ligeras y haciendo sonrisas falsas.
‘Pero en realidad es una persona aterradora.’
Lina no sabía exactamente qué significa la placa en su pecho. Pero al mirar la placa, le enseñaron a mantener la boca cerrada. Al ser una doncella, solo podía especular sobre cosas que no sabía.
‘Como la papelera que quemó para mi Señora.’
Ahora solo le quedaba una pregunta.
‘Cuando saltó del techo, ¿Realmente estaba cazando ratones?’
Sin embargo, Lina no se atrevió a preguntarle a Sein sobre el asunto.
* * *
Belita tomó una cuchara y rompió la tortilla en pedazos. Salió el queso, las verduras y el pollo picado que había estado llenando la tortilla. Después de verter la salsa y darle un bocado, los sabores salados y dulces se esparcieron por su boca.
‘¿Le das prioridad a las órdenes de tu Señor, ¿Acaso querías hacerme enojar?’
Belita se llenó la boca de la tortilla. Cuando el plato estuvo medio vacío, redujó la velocidad y comenzó a organizar sus pensamientos.
‘Bueno, era poco probable desde el principio, pero resultó que no eran los Turba. Entonces, en el futuro, deberíamos usar a los Turba y Lasti para sentar las bases para prevenir la guerra. ¿Deberíamos resolver primero el asunto del hierro o la guerra?’
Si se puede prevenir la guerra, es posible que la situación del mineral de hierro no sea tan grave como pensaba. Si es así, estaría bien concentrarse en prevenir la guerra, pero de alguna manera me sentí incómoda.
‘¿Es porque es muy probable que el fondo esté adentro? Después de todo, es mejor deshacerse de aquellos que quieren comenzar una guerra primero…’
"Tengo que sujetarlos y tomarlos por el cuello."
Se escuchó la tos del caballero.
‘Tal vez me escuchó susurrando.’
El caballero estaba observando a Belita en silencio.
Belita volvió a seguir comiendo ante la mirada del caballero.
‘Pensemos en ello de nuevo. Era poco probable, pero estaba casi claro que no eran los Turba. Si es así, solo el Conde Sophus permanece entre las cinco familias. Eso sin contar a las demás familias con potencial que no permanecen dentro de las cinco grandes.’
Tragué todo el contenido en su boca y dejó la cuchara.
No importa cuánto lo pensara, la incomodidad no desaparecía. Había varias figuras influyentes, pero incluso si las buscaban, no parecía que salieran bien.
‘¿Quizás solo estoy pensando mal?’
Recordó la pregunta que había sido enterrada.
‘La Diosa dijo que eran mis enemigos no mi enemigo… No tus enemigos. ¿Por qué? Estrictamente hablando, mi enemigo es Zoran. El hecho de que no esté trabajando solo no convierte a sus aliados en mis enemigos. Algo es extraño.’
Basándose en la idea de que era probable que estuvieran detrás de los propietarios de las minas, seleccionó candidatos entre los nobles que habían tenido intercambios recientes con ellos.
‘Pero, ¿y si esa fuera la idea equivocada desde el principio? ¿Qué pasaría si hubieran hecho algo juntos antes y esa experiencia se convirtiera en una base para la confianza? No, en primer lugar... ¿Mineral de hierro? Los Stolo, está claro que ellos compraron la mina de hierro...’
Eso fue exactamente hace diez años. Saltó de su asiento. Porque una terrible hipótesis pasó por su mente.
"Señora, ¿Sucede algo?"
"No, nada."
Belita se sentó nuevamente. Luego miró las sobras del plato y volvió a tomar la cuchara.
‘Si las palabras de la diosa fueran ciertas y no está tratando de engañarme, lo que hicieron hace 13 años durante la plaga…’
"Sir Crane."
"¿Qué?"
"Iba a descansar hoy, pero creo que debería salir. Voy a cambiar de escolta."
"¿Se va ir inmediatamente?"
"Cuando termine de comer."
"Sí, ya veo."
Belita terminó de comer el resto de la tortilla mientras Crane salía un rato a hablar con el caballero de la puerta. Realmente no sabía nada.
‘Si mis pensamientos son correctos… ¿Qué haré?’
"¡Señora!"
"¿Oh?"
"¿Realmente no sucede nada malo?"
"No, solo estaba pensando en algo."
"Señora… su cuchara."
Ante las palabras de Crane, Belita le prestó atención a la cuchara que sostenía. La cabeza de la cuchara estaba doblada en ángulo recto. Ella contestó con una sonrisa.
"Sir Crane, ¿conoce el principio de la palanca?"
"¿Sí?"
"Érase una vez, un erudito descubrió el principio de la fuerza utilizada en las catapultas. Si comprende este principio, incluso un niño puede doblar una cuchara fácilmente."
"Ah... Sí. El principio de apalancamiento, lo sé."
"Usted también debería ir a comer."
"Pero la estoy escoltando."
"Estoy en mi propia casa, ¿qué podría pasar? Además, iba a darme un baño. Está bien si se retira."
"... Sí, entonces le diré a la criada que prepare agua para el baño."
"Si, gracias."
Cuando Sir Crane se fue, evaluó el estado de la cuchara. Al sentir con mis dedos los baches de la cuchara, tragó un suspiro.
‘Esa maldita Diosa. De qué me sirve que me haya dado un extraño, inutil y monstruoso poder.’
Fue por el contrato forzoso con la diosa de la guerra. Por supuesto, fue bueno para su cuerpo recuperarse rápidamente, pero si no prestaba atención, tendría problemas para controlar su fuerza de esa manera. Enderezó la cuchara lo más que pudo y se puso de pie.
‘Por favor, espero que mi corazonada esté equivocada.’
Belita necesitaba terminar con su venganza.
‘Si es verdad…’
Mataré a todos menos a Zoran.
* * *
‘Si yo estuviera allí, ¿No se duplicaría mi timidez?’
Lina miró a Sein mientras bebía té. Disfrutaba de la comida con una expresión relajada, como si no conociera las miradas secretas a su alrededor. Ya era el segundo plato que comía frente a Lina.
‘Él come mucho, ¿Cómo le cabe todo eso?’
Una anciana le había servido comida en su plato, a pesar de todo, ella dijo mientras miraba con discreción el plato de Sein.
"¿Terminaste de comer?"
"No, todavía nos queda postre."
"¿Vas a comer postre…?"
"Siempre que te sirvan comida en el plato, asegúrate de terminarlo todo."
"Incluso se comió lo mio."
"Porque la Sra. Lina me lo dio."
"...Está bien. Iré primero a ver a la Señora."
"Si no va conmigo, la señora no le abrirá la puerta."
Al decir eso, Sein mordió el pastel de manzana, sin prestar atención a la mirada de Lina que lo miraba fijamente. Lina lo miró con ojos fríos y volvió la cabeza.
'¿Qué estoy haciendo aquí?'
Lina era muy consciente de que incluso si estuviera comiendo solo con ropa de caballero, no sería un espectáculo tan grande como lo es ahora si se lo hubiera propuesto. Y probablemente sea el tipo de persona a la que realmente no le importan mucho estas cosas.
"Si ha terminado de comer, ¿Le gustaría irse?"
"Sí. Ya es momento."
Sein se secó los labios y se puso de pie. Caminó junto a ella con calma. Lina trató de molestarse por su apariencia de buena persona, pero se esforzó por ocultarlo.
‘¿Por qué estoy tan molesta?’
Lina simplemente dejó de caminar. Fue porque se dio cuenta de a quién se parecía Sein.
‘Sí, definitivamente se parecen.’
"¿Señorita Lina?"
"Oh, creo que cometí un error. Sigamos caminando."
Lina y Sein se dirigieron a la habitación de Belita. Cuando Lina llamó a la puerta, la puerta se abrió. Al entrar en la habitación, Belita se miraba en el espejo y tocaba su sombrero. Las sirvientas estaban ocupadas organizando sus vestidos.
"¿Señora?"
"Lina, Sein. Prepárense para salir."
"¿A dónde va? ¿Se está terminando de arreglar para salir?"
"Llamé a algunas sirvientas para ayudarme a alistar más rápido. Lina, tendrás que prepararte más rápido de lo normal. Eres mi sirvienta exclusiva. Hoy podría ser un día ajetreado."
"Estoy listo en cualquier momento, señora."
Lina, que había recuperado el conocimiento ante la respuesta de Sein, respondió rápidamente.
"Solo debo tomar el abrigo que está en mi habitación y estaré lista, señora."
"¿En serio? Ve por el abrigo de Lina. Estaré esperando frente al carruaje, así que apúrate."
La criada que estaba organizando el joyero asintió ante las palabras de Belita. La expresión de la criada al salir de la habitación estaba distorsionada.
"El carruaje ya está listo. Nos iremos de inmediato."
"¿A dónde va, señora?"
"A la Joyería Agence."
Los pasos de Belita eran imparables. Era tan imprudente que parecía impaciente. Lina la miró así y cerró la boca.
'Lo está haciendo de nuevo.'
Los ojos de Belita son como el mar oscuro y profundo que mostraba antes. La única diferencia era que ahora ni siquiera estaba sonriendo.
"Aquí está."
Al recibir el abrigo, Lina siguió apresuradamente a Belita al carruaje. Cuando Sein también subió al carruaje, Lina dejó el asiento junto a ella. Tanto Sein como Lina miraron a Belita, que estaba sentada frente a ellos.
"¿Puedo preguntarte por qué va a la Joyería Agence?"
"Tengo algo que comprobar."
"¿Eso es algo malo?"
"No sé."
"Incluso si es algo malo, por favor no haga nada tan peligroso como la última vez. Se puede lastimar."
"..."
"Por favor, mi señora, ¿Sabe cuánto pensé en informar o no del incidente al Señor?"
"Entonces, ¿Se lo reportaste?"
"No, no informó sobre esa clase de cosas, solo le informo sobre su seguridad. Si usted se llega a lastimar… Lo reportaré inmediatamente."
"No haré esa clase de cosas nuevamente."
"Eso espero."
Cuando Sein terminó de hablar, el carruaje simplemente se detuvo.Harren estaba esperando frente a la tienda, tal vez porque la habían contactado con anticipación.
"Lamento la visita repentina, Haren."
"Para nada. La sala privada está siempre a su disposición, señora."
"¿Has cambiado los muebles?"
"Los cambiamos por unos más caros y duraderos. Gracias a eso, pudimos cambiar mucho el interior de la tienda."
Mientras subían a la sala VIP en el segundo piso, Haren pasó suavemente la broma que Belita había lanzado a la ligera. Belita se rió de eso. La puerta de la sala VIP se cerró y Belita, sentada en la parte superior, sonrió y dijo.
"¿Puedo obtener información sobre el contrabando ilegal de medicina para la plaga hace trece años?"
"Por supuesto, señora."
Cuando la mirada de todos los demás desapareció, Haren inmediatamente cambió su postura.
"¿Cuánto tiempo tardará?"
"Tres horas son suficientes para obtener los documentos."
* * *
Tres horas después, Haren puso la pila de papeles frente a Blita. Al ver esto, los ojos de Belita se entrecerraron.
"Es mucho."
"Es solo la punta del iceberg."
"¿Es eso así?"
"... Señora, esto es solo la punta del iceberg. Eso fue en ese momento."
"Bueno, ¿Quién no diría que la vida se puede comprar con dinero?"
Y hubo vidas que se vendieron por tanto dinero. Belita y Haren lo sabían, pero no se atrevieron a decirlo.
"Tenemos que encontrar un error."
"Un error. Lo entiendo."
"Puede que haya habido un contrabando organizado. Es lo mismo que está sucediendo ahora, solo que en este momento se manifiesta con los precios del Hierro."
Ante las palabras de Belita, los ojos de Haren se agrandaron. Se quedó en silencio por un breve momento y luego se levantó.
"Recopilaremos más material relacionado…"
* * *
Cuando se puso el sol, Ian abrió los ojos mientras la luz brillaba frente a su rostro. Solo quedaba un poco de calor que le proporcionaba el pequeño gatito que dormía junto a él.
"Creo que tuve un sueño…"
Ian abrió la ventana para despertar su mente aturdida. Empezó a soplar un viento frío. El lago y el bosque se podían ver a través de la ventana. El lago estaba teñido de escarlata y era hermoso. Por el contrario, el bosque estaba más oscuro de lo habitual. La oscuridad parecía estar temblando.
"Debe ser una ilusión."
Incluso si no era una ilusión, Ian sabía que era mejor ignorar este sentimiento, así que cerró la ventana y corrió las cortinas. Girando el cuello, que se había vuelto rígido porque había dormido bastante tiempo, trató de salir del estudio.
"Ven al bosque."
Cuando escuchó una voz débil a sus espaldas, Ian sacó una daga de sus brazos y la lanzó. La figura de una niña pequeña se dispersó como humo y luego reapareció.
"Tu…"
"Ven al bosque, hijo mío."
"No, no volveré a ir allí."
"Te arrepentirás."
"Ya me estoy arrepintiendo."
"¿Te refieres a enviar a Belita sola?"
"No digas su nombre."
"¿La extrañas?"
Ian no respondió, cerró la puerta y se fue. Pero la risa resonó en su cabeza. La risa desapareció solo después de haberle dicho "cobarde".
‘La extraño.’
Cada vez que la sostenía en sus brazos, cuando le sonreía cariñosamente. Él sabía que le hacía falta eso. Si tan solo tuviera el coraje de ir a buscarla y besarla.
"¡Cálmate, idiota!"
Ian se golpeó la cabeza contra la pared para detener con fuerza el flujo de pensamientos. Ian sufría de una mente incontrolable a medida que pasaban los días.
"Mi señor, creo que ha llegado a su límite."
"¿Phil?"
Phil se acercó a Ian y lo agarró por el hombro.
"¿No es mejor para usted ir simplemente a la capital?"
"No."
"Señor… Su esposa ha descubierto a Sein."
"¿Qué? ¿Qué pasó?"
"Se dice que fue en el momento que se reunió con la Duquesa Turba. El señor Sein envió una carta anoche."
[Lo siento, mi Señor.
La Duquesa Turba hace el mismo trabajo que nosotros.
¡Fuí descubierto!
No tuve más remedio que contárselo todo a mi señora. Bueno, en realidad no era un secreto, así que está bien, ¿verdad?
A partir de ahora, me disfrazaré de caballero para protegerla. Ah, y la señora me dijo que le dijera a usted que se preparará. También dijo que usted era un cobarde.
A pesar de que mi señora dijo todo eso con una sonrisa en el rostro, dudo mucho que así sea.]
Ian, que terminó de leer la carta, suspiró al pensar en Belita. Se odiaba a sí mismo por pensar que quería verla incluso si estaba enojada en ese momento.
"¿Es porque quiere que vaya a la capital…?"
"Es mejor recibir su enojo en persona."
"¿Se sentiría mejor si me regañara inmediatamente?"
"Eso es... No lo sé. Tampoco estoy seguro. Pero creo que es mejor ir, ser regañado y permanecer a su lado que quedarse así aquí."
"Pero la envié allí para que huyera. No puedo perseguirla y encerrarla."
"Al final, todo depende de usted. Me pondré en marcha ahora."
Phil se dio la vuelta e Ian volvió a recordar a Bel. Phil regresó e Ian volvió a pensar en Bel. Cada vez que alguien la mencionaba, le dolía el corazón. Con ganas de llorar, Ian una vez más se golpeó la cabeza contra la pared y se sentó.
‘No puedo llorar.’
Las lágrimas que derramó cuando pensó que había perdido a Belita en el bosque fueron las primeras desde que cerró su corazón a la gente. E incluso después de eso, a menudo lloraba frente a Belita. Todas las lágrimas derramadas eran por miedo a perder a Belita. Pero después de que Belita se fue, no pudo volver a llorar. Las lágrimas que una vez estallaron, siempre estaban listas para salir, pero nunca lo hacían.
‘¿Tú también me extrañas? ¿Estas llorando ahora mismo? ¿O estás siendo feliz?’
* * *
"Jajaja…"
Belita estaba sonriendo. Pero no fue una risa feliz. Más bien, su rostro estaba distorsionado como si estuviera a punto de llorar. Los documentos esparcidos por el suelo centrados en el mapa fueron suficientes para solidificar sus sospechas.
"Cómo esperaba. La mayoría de las personas vendían la medicina a otros países."
"De esa forma ganaron más dinero. Lo importante es su punto de partida. Incluso hace 13 años, debe haber alguien que sea el centro de todo."
"... De hecho, mirando esto solo, es probable que sea el caso, pero puede también que no sea cierto."
"Sí, investigaré a dónde fue todo ese dinero."
"Sí, al final, ha vuelto al punto de partida. Tendré que volver a elegir a los candidatos sospechosos."
"Señora, por cierto, ¿la persona que hizo esto es realmente un aristócrata? Es un poco difícil de entender para mí que alguien como ellos puedan hacer un trabajo tan grande en estos tiempos caóticos."
"No lo sé. En primer lugar, creo que debemos buscar en los círculos sociales a gente potencialmente influyente."
"Entiendo."
Belita se sentó en un sofá apartado. Lina tiró el té frío y puso el té recién preparado frente a ella.
"Que todos guarden silencio sobre los asuntos de hoy."
"Entiendo."
"Sí, señora."
"¡Sí, sí!"
Belita, que recibió una respuesta afirmativa por parte de los tres, tomó un sorbo de té. Sus labios volvieron a formar una expresión fría.

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