SULFPCED - Capítulo 051
“¿Frank?”
“Ah, Doris”
Frank borró la expresión nerviosa de su rostro y miró a Doris con calma.
“Me siento avergonzado por estar causando tanto alboroto a primera hora de la mañana. Parece que Ace dejó algo aquí ayer”
Frank primero fingió que el cuaderno no era suyo.
Vendiendo a su hijo mayor.
Ace no cumplió con sus expectativas.
‘Si hubiera cumplido con la tarea para la que lo crié, podría decir que estaba a la altura de mi apellido’
Aunque fuera su hijo mayor, un niño sin capacidad era inútil. Así que no había ningún daño en tirarlo.
“Pero, ¿dónde está Ace y porqué viniste tú?”
“Ese chico apenas puede levantar la cabeza debido a su resaca”
“Tsk, y en su lugar envió a su padre que bebió más que él”
Aunque era un hijo al que no le importaría abandonar, todavía no lo había hecho. Cuando Doris le chasqueó la lengua a su hijo, Frank se disgustó.
“Él no me envió, yo vine. ¿Qué más puedo hacer cuando el chico está enfermo? Incluso después de cumplir treinta, los padres seguirán viendo a sus hijos como niños, jaja”
“…”
Doris no tuvo respuesta. Porque no pudo simpatizar con él siendo que su único hijo murió joven antes de alcanzar la edad de Ace. Si simpatizaba falsamente, sólo terminaría miserable.
Esa cara arrogante, que siempre era perfecta, se agrietó. Frank sonrió amablemente, fingiendo que no podía ver a través de la brecha el dolor que nunca había sanado para una madre que perdió a su hijo.
Un sobrino un poco falta de tacto, pero amable.
A lo largo de los años, Frank había perfeccionado su actuación. Por lo tanto, Doris, una vez más, sería engañada y se culparía por su propia estrechez de mente por no poder dejar atrás el pasado.
“Entonces…”
La herida abierta pronto se cerró. Doris volvió a ser una persona que no derramaría ni una sola gota de sangre, aunque la apuñalaran y habló con cortesía.
“¿Qué dejó atrás?”
“Dice que perdió un cuaderno”
“¿Cuaderno?”
Frank observó la reacción de Doris. No parecía que estuviera actuando haciéndose la tonta, era como si realmente no lo supiera. La forma en que lo miraba no fue diferente a la de ayer.
‘Parece que el cuaderno cayó en manos de Hunt’
Preguntó como si estuviera aliviado y tratando de estar seguro.
“¿Lo has visto?”
Lo había visto. Todas las páginas, sin excepción. También lo asqueroso que era como ser humano.
Detrás de la máscara de una anciana que no sabía nada, la verdadera Doris Hunt reflexionaba sobre lo que había aprendido la noche anterior con amargo desprecio y enojo.
“Señora Hunt, lamento mucho molestarla a esta hora, pero no sé qué hacer con esto”
Cuando estaba a punto de acostarse, Gemma llegó al dormitorio de Doris. Sosteniendo un cuaderno marrón en la mano.
“Creo que Frank lo dejó caer cuando se cayó, pero Raven ya está dormido, así que se lo traje a usted Señora”
Ese sencillo cuaderno marrón le parecía a Doris una mina terrestre.
No sabía qué podría haber en el cuaderno de un político. Era un elemento que no debía aceptarse a ciegas, ya que podría causar malentendidos o problemas.
“Supongo que debería llamar a Alfred”
Doris, que había planeado dársela al mayordomo y llamar a Chase inmediatamente para devolvérselo, no tomó la libreta y se dirigió al teléfono.
“¿Qué estás haciendo ahora?”
Sin embargo, Gemma la siguió al interior sin pedir permiso y puso el cuaderno en la mano de Doris. Luego señaló el cuaderno con ojos significativos y se dio la vuelta.
En ese momento, Doris sintió que algo había allí.
“Veo que lo leíste”
“No”
“Bien. Si alguien pregunta, responde así”
“¿Qué está diciendo? Nunca he visto nada parecido a un cuaderno. Bien entonces, me retiro”
Después de que Gemma cerró la puerta y se fue, Doris abrió el cuaderno y se dio cuenta de algo.
Ese cuaderno no es una mina terrestre. Al contrario, le mostró quién estaba plantando minas terrestres dondequiera que iba.
“Ladrones y tramposos entraron a mi casa”
Y entonces el abominable timador tuvo la osadía de regresar y preguntarle a Doris con orgullo:
“¿Lo has visto?”
De verdad, ¿para qué preguntar si realmente lo vio? No tenía miedo. Se preguntaba cuánto la menospreciaba para hacer algo así.
“No, no he visto nada”
Bien, que siguiera menospreciándola. El día que se confiara, lo golpearía por la espalda y él sería verdaderamente el despreciado.
“Bueno, busca todo lo que quieras. Espero que lo encuentres”
Doris se fue, fingiendo indiferencia como siempre. Cuando regresó a su oficina, tomó un sobre de papel amarillo y el cuaderno cuidadosamente colocado dentro.
“Supongo que debería devolverlo”
Ahora pudo creer que ella no vio el cuaderno, pero cuanto más tardara en encontrarlo, más aumentarían las sospechas de Frank de que sí lo hizo.
‘Si estuviera convencido de que conozco la verdad contenida aquí, no sé qué haría’
Entonces, el rastreo, la contraofensiva, el ataque, todos se volverían más difíciles.
‘Necesito devolvérselo de una manera que crea que nadie de la familia Hunt lo vio’
Doris, que estaba considerando varios métodos, murmuró.
“¿Debería ir a ver a Maggie?”
Lo que solía ser una declaración casual, hoy parecía más pesada. Estaba pensando en ir a ver a Maggie y dejar ese cuaderno en el bolso que llevaba ayer.
‘Maggie también debería saber la verdad’
Doris asumió que Maggie no lo sabía. No, eso no era una suposición, era un hecho.
‘Maggie no es una persona doble cara. No se convertiría en alguien lo suficientemente vil como para tratarme con una sonrisa incluso después de saber de esta sucia calumnia’
Doris, que había estado con Maggie durante casi 70 años, desde que era la Princesa de la familia Hunt, lo sabía mejor que nadie.
‘Sería mejor que Maggie no supiera nada’
Pero como conocía tan bien a su amiga, al final tuvo que cambiar de opinión.
“Princesa, por favor disfruta de tu hora del té en paz. Esta guerra es entre tu hijo y yo”
Después de mucha deliberación, Doris eligió otra forma de devolver el cuaderno y cogió el intercomunicador del escritorio.
“Alfred, necesito un gato ladrón”
Lo que robó la Ladrona Cuervo, el Gato Ladrón lo devolvería.
Después de recibir permiso de la propietaria para buscar como quisieran, el séquito de la familia Chase comenzó a registrar el pent-house como si fuera suyo. Pero cuando no apareció nada, hicieron demandas irrazonables.
“Alfred, trae a todos los que han estado en el salón desde anoche”
“Por supuesto, Señor Chase”
Alfred reunió obedientemente a todos los empleados y pidió a los que habían entrado al salón que levantaran la mano.
Mientras tanto, una criada que vaciló como si levantara la mano llamó la atención de Frank.
“¿Por qué dudas?”
“Nunca antes había entrado al salón…”
“¿Sin embargo?”
“No sé si lo que vi fue ese cuaderno. Vi un gato mordiendo algo en el pasillo esta mañana”
Frank envió inmediatamente a sus asistentes a la sala de gatos.
“¡Lo encontré!”
Poco después, un asistente encontró una libreta marrón debajo del cojín de la cesta del gato.
‘¡El gato lo mordió! Nadie podría haberlo visto’
Al mismo tiempo que Frank se sentía aliviado mientras acariciaba el cuaderno con las marcas de los dientes del gato, Doris, que estaba sentada en su oficina, abrió un sobre de papel amarillo.
Del interior brotaron decenas de fotografías.
No era nada menos que fotos de cada página del cuaderno de Frank.
* * *
Miré a la Señora Hunt, que estaba sentada frente a mí, por encima de las varias cartas que extendía como un abanico.
“Dijo que me enseñaría la etiqueta de la clase alta, pero no sabía que los juegos de cartas eran una forma de etiqueta”
“Agradéceme por hacértelo saber”
La Señora Hunt descartó una carta, y volvió a ser mi turno. Cuando recogí la carta que ella había descartado...
“Espera un momento”
La anciana me indicó que le mostrara todas mis cartas.
“Ni siquiera sabía que existía un juego en el mundo en el que muestras tus cartas”
“Porque estoy enseñándote cómo perder de manera inteligente y natural. Será útil cuando necesites ganarte el favor de las Señoras”
“Me avergüenza mi breve pensamiento de que quería jugar a las cartas y ganar en el proceso, Señora”
CRÉDITOS
TRADUCCIÓN: Ciralak
CORRECCIÓN: Pix

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