Capítulo 5: Es hora de aprender - Parte 4
Una y otra vez enjuagó su boca.
Recordó a la hembra que lo visitó en su oficina durante el día. Ese lugar era una habitación donde no alcanzaban las miradas de otros humanos y donde tampoco se escapaban los sonidos hacia afuera.
Los humanos afuera eran leales a ese cuerpo, sabían que lo que sucedía adentro podría dañar a los suyos, no lo filtraban. En el pasado ha habido individuos similares, traidores que se rinden ante el poder.
Pero no se comió a la mujer. En primer lugar, no tenía ganas de hacerlo.
Su apetito, su esencia misma, no había desaparecido. Para ser precisos, quería comer otra cosa.
Ya la noche anterior había disfrutado algo sumamente dulce. Después de probar algo tan exquisito, realmente no tenía deseos de comer otra cosa.
Además, ni siquiera se lo había comido todo, solo la había lamido y dejado intacta.
Sabiendo que podría regresar y disfrutar de esa delicia en cualquier momento, no tenía deseos de comer algo cuyo olor ni siquiera le agradaba.
Por eso estaba desconcertado. En el pasado, se la habría comido sin pensarlo dos veces y luego habría ido a buscar algo delicioso, pero ahora había comenzado a hacer elecciones.
Sin entender su propio comportamiento, se pasó la mano por los labios.
La hembra con la que se reunió durante el día fue bastante persistente. Le acarició el muslo y luego se subió sobre él, presionando sus labios contra los suyos. En el momento en que sus labios se tocaron, sintió repugnancia por el sabor de la saliva, completamente diferente de lo que había probado la noche anterior.
A pesar de eso, no arrojó a la hembra que estaba encima suyo por una sola razón.
〈Ian, bésame. ¿Sí?〉
La hembra jugueteó con sus labios. Esa acción parecía bastante hábil. La razón por la que soportó las acciones de la hembra insípida fue solo esa. Quería aprender más de ese comportamiento.
La hembra era una maestra decente.
〈Es extraño, ¿por qué eres tan torpe?〉
A pesar de esas quejas, la hembra persistió por un buen rato, mezclando su lengua con la de él, sin saber realmente ante quién se estaba ofreciendo.
De todos modos, hasta que ella emitió sonidos de celo, él aprendió a entrelazar su lengua. Y cuando sintió que ya era suficiente, la despidió.
〈¿Qué pasa? ¿Qué hice mal?〉
La hembra lo miró como si fuera absurdo. Como parecía que iba a ser bastante molesta, él dijo lo que mejor funcionaba con los humanos: que tenía una cita con el presidente.
Ante eso, la hembra no tuvo más remedio que retroceder, diciendo cosas como: ¿Por qué me llamaste entonces?, o De todas formas, gracias por no olvidarte de mí.
Después de que la hembra se fue, iba a regresar a la mansión. Ahora sabía cómo mezclar su lengua y cómo disfrutar de una hembra, planeaba volver y hacer lo mismo con Jina Trollet.
Entonces, ¿qué tan dulce sería eso? Solo pensarlo le hacía la boca agua hasta el punto de que la mandíbula le dolía.
El horario cambió debido a Jeremy Carington. Intentó ignorarlo y regresar, pero saber que podría menospreciarlo por eso lo llenó de rabia.
No importaba cuánto estuviera en forma humana, que esas cosas que deberían inclinarse ante él se atrevieran a desafiarlo era intolerable.
En el pasado, los habría desgarrado a todos, dejando solo las ‘cabezas’ que eran demasiado molestas para comer y las habría arrojado cerca de los humanos. Entonces, esos humanos se inclinaban ante él por miedo. Aunque de todas formas se los comía después.
Quería hacer lo mismo que antes, pero al igual que los humanos habían cambiado, él también necesitaba cambiar. Si actuaba como en el pasado, podría ser difícil disfrutar de lo que tenía en la mansión.
Entonces se encontró a Jeremy Carington.
Todavía tenía un mal olor.
Era ridículo y exasperante ver cómo esa carne que ni siquiera quería cerca se atrevía a mirarlo con enojo. Así que lo siguió afuera cuando lo llamó.
No había necesidad de suprimir la voluntad de los otros. Cuando llegaron a un lugar donde podían verlo pero no oírlo, pronunció unas palabras con un antiguo poder.
Palabras que los humanos no podían percibir correctamente.
A pesar de que el poder fue debilitado por el cuerpo humano, las palabras cargadas de ira todavía tenían una fuerza formidable. Además, hoy estaba realmente molesto.
El macho apestoso tuvo que enfrentarse a toda su furia.
No murió. Pero ya no podría pararse sobre dos piernas, ni abrir los ojos, ni hablar.
‘Ya no podrá molestarme más’
Pensar eso lo calmó un poco. Salió al exterior en ese estado desaliñado. Una de las secretarias de la mansión lo vio y se quedó con una expresión de sorpresa.
“¿Hay algún problema…?”
Los ojos de la secretaria, que se acercaba a él, se nublaron y se detuvo en seco.
‘¿Es extraño?’
Se preguntó qué podía ser el problema, ya que tanto antes como ahora los humanos caminaban bajo la lluvia o la nieve.
Después de todo, aún había muchas cosas que no comprendía del todo.
Pensó en regresar y cambiarse de ropa, pero ya no podía soportarlo más. Sin vacilar, se dirigió a un rincón de la mansión.
Todos los que se encontraba en el camino se detenían. Hasta que terminara su depredación, se pararían ahí sin recordar nada.
Pronto llegó frente a la habitación de Jina. Miró con satisfacción el nombre Jina Trollet pegado en la pared junto a la puerta. Realmente le complacía que esta mansión fuera su nido.
Clic.
La puerta cerrada se abrió sola. ¿Cuándo se darían cuenta los humanos de que eso no servía de nada?
En el momento en que entró, inhaló profundamente. Las cosas que habían irritado su temperamento durante todo el día ya se habían desvanecido de su memoria.
Toda su atención se concentró en aquella que estaba preparada para él en ese lugar. Se sentó al lado de la cama y miró a Jina en silencio.
“Lo has arreglado bien”
Cuando entró en esa habitación ayer, algo lo había detenido. Eran dibujos y letras con poder dibujados en un fino trozo de papel.
Las letras habían gastado toda su energía en detenerlo en el hospital. Aunque ahora no eran más que basura, la mera existencia de aquello le resultaba desagradable.
Además, ella era una Trollet.
Trollet.
Una familia humana con el poder de detenerlo.
Habían descubierto las ‘letras con poder’ que los humanos desconocían hasta entonces y las habían aprendido fácilmente. Incluso los recién nacidos entendían ese poder desde el momento en que nacían.
Aunque se mezclara sangre de un humano venido de lejos, habían heredado esa sangre maldita, y una vez que se dieran cuenta, podrían detenerlo fácilmente.
‘Me alegro de haberlo atrapado antes de eso’
Sonriendo con satisfacción, agarró el hombro de Jina, que yacía acostada. Luego, sin vacilar, juntó sus labios con los de ella.
“Ah…”
En el momento en que introdujo su lengua en los labios rojos, su cuerpo tembló.
Sí, eso era. Había deseado eso todo el día.
Cuando finalmente alcanzó lo que anhelaba, la excitación lo dejó aturdido. Forzando su camino hacia adentro, se metió en el espacio estrecho. Luego, lenta y torpemente, empezó a frotar y empujar.
“Ugh, mph”
A Jina le faltaba el aire y emitía sonidos de esfuerzo, pero no le importaba. En ese momento, era más urgente satisfacer su propia necesidad reprimida durante tanto tiempo.
Cuando frotó su lengua, la saliva comenzó a fluir. Él la lamió y tragó sin dejar nada. No contento con eso, llevó su mano detrás del cuello de Jina para acercar más sus labios a los suyos.
La saliva que no pudo tragar se deslizó por su mentón. Él retiró sus labios y lamió lo que caía.
“Ha… ha…”
Se escuchaban los jadeos forzados de Jina, que ya parecía agotada.
‘Eso no puede ser’
Hoy tenía la intención de disfrutarla lentamente, hasta que amaneciera. No podía permitirse que ella se debilitara o dejara de respirar. También planeaba continuar eso mañana y pasado mañana.
Él acostó a Jina de espaldas y le abrió la boca sosteniéndola por la barbilla con una mano. Luego, a diferencia de antes, juntó sus labios muy lentamente.
No fue apresurado. Tampoco fue agresivo. Como si cuidara de lo más frágil del mundo, aplicó fuerza con cuidado, dejando un espacio para que ella pudiera escapar.
La lengua de Jina intentó retroceder cuando la suya volvió a entrar. Su instinto recordaba la agresividad con que había sido tratada antes.
Pero, al no ser forzada ni despojada de nada esta vez, el cuerpo de Jina se relajó rápidamente.
Él lideró el movimiento.
Se entrelazaban, frotaban y lamían.
“Uuh…”
Entre los sonidos húmedos, un leve gemido escapó. Él, satisfecho, puso aún más cuidado en sus movimientos. Por delicioso que fuera, no se comportó de manera voraz. En su lugar, saboreó el momento lenta y cautelosamente, como lo harían los humanos.
La mano que sostenía su cabeza empezó a acariciar el cabello de Jina como si fuera una cría de animal, y luego descendió lentamente. Cuando los dedos errantes recorrieron la parte cóncava de su espalda, el gemido que salió estaba profundamente húmedo.
Ah.
Él sintió una gran satisfacción. No estaba desgarrando su carne ni bebiendo su sangre, solo frotando su piel y saboreando su saliva, y este momento le proporcionaba una inmensa plenitud.
Había planeado lamer entre sus piernas después de probar lo suficiente, pero disfrutaba tanto de esta actividad que lo había olvidado por completo.
Exactamente, era el estado de Jina, que no luchaba y se entrelazaba con su lengua, lo que le agradaba.
Retiró su mano de la espalda de ella y le sostuvo el rostro con ambas manos. Luego, introdujo su lengua profundamente una vez más y la retiró. En el momento en que la saliva viscosa se alargó y se rompió.
“Huuh…”
Jina, que había estado temblando, abrió los ojos. Sus pupilas se movieron vagamente, y entonces ella habló.
“¿Ian?”
CRÉDITOS
TRADUCCIÓN: Ciralak
CORRECCIÓN: Ciralak

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