Capítulo 3: Desaparecidos - Parte 10



 

“Está bien, lo entiendo. Aun así, es posible que todavía quede algo dentro, así que mantente atento. Por favor, toma una foto también y envíamela”

 

Tan pronto como colgó el teléfono, recibió una foto en un mensaje. Era una foto de una mujer bajándose de un taxi. La mujer que tenía un pequeño piercing en forma de estrella particularmente notable en la mejilla fue una de las mujeres que entraron ayer al hotel.

En los años que llevaba celebrándose esta fiesta, nunca había habido desapariciones. En cambio, había varias personas que salían muertas debido a una sobredosis de drogas.

Alternativamente, a algunas mujeres se les ofrecía una noche extra en cómodas habitaciones de hotel a cambio de satisfacer al participante. Andy se hundió en la silla, esperando que así fuera.

 

“Qué queda por hacer ahora…”

 

Dado que la inspectora Howard personalmente le dio una advertencia, tendría que tener cuidado al seguir a los jóvenes maestros por el momento.

 

“Necesito reunirme con William Evans”

 

Levantó su teléfono nuevamente y marcó el número guardado. Después de algunos pitidos, la persona al otro lado de la línea contestó el teléfono. Ella era la enfermera a cargo del hospital.

 

“Este es el sargento Andy Hangwood”

“… Ah, sargento”

 

¿Se acababa de despertar de un sueño? A diferencia de la voz severa de la enfermera que lo regañó por patear al paciente, esta vez su voz carecía de fuerza.

 

“¿Se ha ido la Señorita Jina Trollet?”

“Sí. Se fue hace mucho tiempo”

“¿No ha pasado nada más? ¿Quizás alguna otra visita...?”

“No, nada”

 

La enfermera respondió directamente, a diferencia de la voz confusa anterior. Como si hubiera estado preparada para esa pregunta.

 

“Está bien. Bueno, nos vemos la próxima vez”

 

Después de que terminó la breve llamada telefónica, Andy se recostó nuevamente. Pensó en volver ese día, pero su cuerpo apenas se movía.

‘De todos modos, no creo que me dé la bienvenida’

William Evans parecía desconfiar de la policía. En ese caso, en lugar de obligarlos a reunirse ahora, sería mejor programar una reunión después de que las cosas estuvieran más estables.

Andy cerró los ojos. Los adornos que colgaban de un tosco árbol de Navidad detrás de la puerta de la oficina brillaban bajo la luz fluorescente. Se escuchaba débilmente un villancico lleno de sonidos electrónicos. Tarareó esa nota por un rato y luego se quedó dormido.

Noche de paz. Noche de amor. Todo duerme en derredor. Entre los astros que esparcen su luz*…

 

(Silent night, holy night. All is calm, all is bright.)

 

su conciencia parpadeante incluso cortó la letra. Mientras escuchaba la última parte de la letra, su conciencia cayó en un sueño profundo.

Bella anunciando al niñito Jesús*…

(*N/T: La canción es noche de paz, la letra en coreano, en inglés y español varia por obvias razones, pero pues le di prioridad a la letra en español que es lo que está en morado y lo que está en negrita es la misma parte, pero en inglés)

 

(Sleep in heavenly peace...)

 

***

 

Un coche de lujo patinó en la carretera. El coche abandonó rápidamente la bulliciosa ciudad de Londres y se dirigió al norte.

Pasó por Angel y Camden, subiendo por la colina de Haverstock. El camino, que antes estaba lleno de tiendas, se transformó en un elegante vecindario bien arreglado.

Se colgaron coronas navideñas frente a cada casa y las tiendas se decoraron con adornos navideños.

Entre la gente que caminaba por la calle, ocasionalmente se veían aquellos vestidos con ropa roja o usando gorros de Papá Noel, como si estuvieran conmemorando la temporada más especial del año.

La bulliciosa noche llegaba a su fin hoy. A partir de mañana, comenzaría la verdadera Navidad.  Cuando el coche pasó por la estación Swiss Cottage, un gran letrero que decía ‘Aylesford’ brillaba en el edificio justo al lado de la estación. En un gran supermercado que ocupaba todo el edificio, la gente compraba mucha comida para la temporada navideña y se marchaba.

El coche subió la colina y pasó por Hampstead Heath, el parque más grande del norte.

Luego, en una de las calles, el automóvil giró en una dirección. Al adentrarse en la calle, aparecieron casas con paredes altas, completamente diferentes de las que se habían visto hasta ahora.

El coche entró en una casa que tenía un muro especialmente alto. Tan pronto como los guardias de la entrada revisaron el coche, cortésmente bajaron la barricada que bloqueaba la entrada.

Aunque parecía exagerado tener tanta seguridad sin ser un departamento gubernamental, todos aceptaron la explicación de que esa propiedad pertenecía a la familia Aylesford.

El terreno estaba tan bien cubierto por densos árboles que parecían casi un bosque, bloqueando completamente la vista exterior, aunque los muros no fueran particularmente altos. El automóvil continuó hacia adentro. Había una gran mansión en un lugar que fácilmente podría llamarse una pequeña colina.

Además de ese lugar, había otras mansiones de la familia Aylesford en Chelsea y Wimbledon, pero el presidente apreciaba esa casa más.

Ese lugar lo reservó exclusivamente para sí mismo y su único nieto.

El automóvil se detuvo, y el secretario abrió la puerta. Aunque era técnicamente un secretario, en realidad ocupaba una posición similar a un mayordomo en esa casa.

Cuando Ian salió del auto, los que estaban trabajando se apartaron ligeramente y bajaron la cabeza en señal de respeto.

Fue un ejemplo excesivo que no se haría en esos tiempos, pero el presidente ordenó a todos que mostraran modales solemnes. Sorprendentemente, no hubo quejas. Porque recibían un salario alto a cambio de inclinar la cabeza.

Cuando Ian pasó, los rostros de las mujeres, que habían estado muy nerviosas, se relajaron.

 

“Últimamente, ha estado en esta mansión todo el tiempo”

“Lo sé. Ha estado aquí desde ese incidente, ¿verdad?”

“Si. Me alegro que el presidente esté de buen humor gracias a eso. Al principio actuó como si fuera a matarlos a todos, pero ahora que su nieto está bien y tranquilo, estos días regresa a la mansión de manera puntual. Es realmente un increíble el amor del abuelo por su nieto”

“Pero, ¿no lo entiendes? Sería genial que un nieto que solía hacer todo tipo de cosas malas de repente se volviera obediente. Es bueno para nosotros también”

“Bueno, sí”

 

Una sonrisa irónica apareció en los rostros de los empleados.

Ian Aylesford era un pedazo de mierda del que cualquiera en esa industria se avergonzaría.

Aun así, tal vez porque tenía miedo de su abuelo, que tenía todo el poder, Ian se quedó en la mansión de Chelsea en lugar de en la mansión de Hampstead Heath.

La casa en medio de un pueblo rico era el lugar perfecto para que se quedara un joven maestro descarriado. Después de repetidos incidentes, el presidente decidió llenar la mansión de empleadas mayores a propósito. Gracias a eso, el comportamiento promiscuo dentro de la mansión disminuyó, pero empezó a salir y traer mujeres con él.

Una de las tareas más importantes de los empleados de la mansión de Chelsea era despertar a las mujeres borrachas de su dormitorio y despedirlas.

Sin embargo, después de que ocurrió un accidente en Escocia donde murió un amigo con el que jugaba, Ian regresó y se volvió más tranquilo, como si fuera una persona diferente.

 

“¿Pero seguirá quedándose aquí en el futuro?”

“¿Supongo que sí? Fue a la mansión de Chelsea con su secretario, pero regresó aquí porque dijo que el olor era insoportable. Parece que solo los encargados de la mansión Chelsea fueron los que recibieron críticas”

“No solo la gente de Chelsea recibió críticas. También tenemos problemas aquí, ¿sabes?”

“Ah, el equipo de cocina”

 

Ellas sacudieron la cabeza como si fuera lamentable.

 

“De repente se volvió quisquilloso con la comida y dejó caer el tenedor diciendo que no podía comer más, así que no es de extrañar que el presidente me ordenara reemplazar a todos. En el pasado, no decía mucho sobre la comida, pero de repente actúa como un caprichoso”

 

Aun así, era mejor que se hubiera vuelto más quisquilloso con la comida. Porque es mucho más fácil tratar con un chico rico con gustos exigentes que con una persona bomba que no se sabe qué travesuras hará.

 

“De todos modos, dicen que solo nos dejarían trabajar a todos hasta fin de año y luego contratarán a nuevos empleados”

“Al menos recibiremos un bono de Navidad antes de irnos, así que es una suerte”

 

Mientras los empleados bajaban las escaleras haciendo ruido, Ian entró en su habitación.

En su habitación, que era un espacio grande que fácilmente podría llamarse anexo porque las habitaciones estaban continuamente conectadas, se quitó el abrigo y se paró frente al espejo.

Cabello dorado brillante cuidadosamente peinado, profundos agujeros para los ojos y profundos ojos azules dentro de ellos. El sucesor de Aylesford era un hombre al que fácilmente se podía considerar guapo.

Por eso el presidente se preocupaba aún más por su nieto. Si no se hubiera visto bien por fuera, se habría rendido antes, pero como no tenía nada que envidiar si mantenía la boca cerrada, tenía un fuerte deseo de intentar arreglarlo de alguna manera.

Varias expresiones aparecieron en el rostro reflejado en el espejo. Él sonrió alegremente y luego frunció el ceño. Entonces, de repente, lágrimas comenzaron a correr por su rostro, y luego su expresión se volvió inexpresiva.

Después de cambiar su expresión unas cuantas veces más, de repente se llevó la mano a la boca. La mano que parecía acariciarle la garganta le sacó algo de la boca. Era un pequeño piercing en forma de estrella.

Miró el piercing de un lado a otro, luego abrió el cajón del escritorio y lo colocó en la pequeña bandeja del interior.

 

“¿No lo vi porque estaba comiendo con prisa?”

 

Parecía alguien que hubiera encontrado una espina en un pescado que creía que había sido fileteado. Se acostó en el mullido sofá.

Fue la primera sensación de plenitud que sintió en mucho tiempo. Por supuesto, no pasaría mucho tiempo antes de que volviera a sentir hambre, pero ahora quería disfrutar plenamente de esa buena sensación.

Desde el momento en que se enteró de la fiesta de Jeremy por parte de Richard, supo que sería un buen lugar para llenar su estómago. Porque ese día estaría lleno de mujeres desprotegidas.

Personas que nadie buscaría, aunque desaparecieran. Necesitaba a alguien así.

Entraron las hembras humanas. Al principio, parecía que elegirían a sus presas, pero con el tiempo, se mezclaron todas.

Sólo entonces se movió y encontró algo para comer. No olía a la desagradable droga que Jeremy llevaba, sólo olía a alcohol.

De prisa, le agarró la mano y la arrastró al interior de la habitación. La mujer se rió, preguntando si no debería pagarle, ya que era un hombre guapo. Cerró la puerta, arrastró a la mujer a la bañera y abrió la ducha.

 

“¿Es esto lo que te gusta? No está mal”

 

Esas palabras se convirtieron en las últimas palabras de la mujer. Abrió la boca y la tragó entera.

Después de un tiempo, salió solo. Nadie notó que la cantidad de personas que entraban y salían era diferente. El piso 14 ya era un escenario de locura.

Cerró los ojos. Aunque era un ser sin necesidad de dormir, deliberadamente permanecía así durante horas con los ojos cerrados. Como tenía apariencia humana, sus movimientos tenían que ser humanos. De esa manera, no podrían saber quién era realmente.

Cerró los ojos y pensó en William Evans, a quien había conocido durante el día. Aunque era un macho seco, no parecía tener mal sabor.

 

“Feliz navidad”

 

Extendió el saludo de los humanos a alguien que estaba lejos.

 

***

 

Al mismo tiempo, un hombre saltó desde el tejado del hospital.

La policía se apresuró a llegar al lugar y estableció una cinta policial alrededor del área, y una enfermera del hospital respondió llorando por los terribles acontecimientos que habían ocurrido antes de que llegara el día sagrado.

 

“Sí, el fallecido es William Evans, que fue hospitalizado aquí”



CRÉDITOS

TRADUCCIÓN: Ciralak

CORRECCIÓN: Ciralak


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