SULFPCED - CAPÍTULO 094




 

“¡Jajajajaja!” 

 

Esta vez, el sonido de una risa maníaca se clavó en su mente como un arpón. 

Pluf. 

 

“¡Ugh!” 

 

La risa maníaca se convirtió en gritos de dolor, y pronto ya no se escuchó ni siquiera el leve sonido de la respiración. 

El olor a sangre volvió a picarle la nariz. 

Mira esto. No había nada de qué tener miedo. Este tipo también era solo un humano débil. ¿Y tú? ¿Crees que serás diferente?

Justo cuando el muerto volvió a abrir los ojos, mirándolo con avidez con sus pupilas cuadradas, la escena ante sus ojos cambió. 

Ahora estaba atrapado en el coche. A través de la ventanilla, decenas de cañones de armas destellan alrededor del coche. 

En el momento en que se vio incapaz de respirar, Raven se despertó. 

 

“Haaa-ah…” 

 

Respiró rápidamente, como una persona que hubiera sido succionada por aguas profundas y apenas hubiera logrado sacar la cabeza a la superficie. 

Después de respirar unas cuantas veces, el techo familiar apareció vagamente en su vista. Suspiró aliviado y se acarició la cara con una mano. El sudor frío empapó sus manos. 

Maldita sea. Lo estaba haciendo de nuevo. 

Había pasado un tiempo desde que viejos acontecimientos dejaron de aparecer en sus sueños, pero esos días estaban sucediendo nuevamente. 

 

“Ah…” 

 

Raven, que estaba suspirando, hizo una pausa. Había olvidado por un momento que no estaba solo en esa cama. 

Ahora que les reveló a los empleados que se trataba de un matrimonio falso, no había ninguna razón para compartir el mismo dormitorio con Gemma, pero aún así lo hacían por Maggie. 

En ese caso, uno podría dormir en el sofá, pero el hábito que se había arraigado en su cuerpo en sólo medio año era aterrador. 

Por la noche se acostaban uno al lado del otro en la cama sin ningún problema, y por la mañana prometían dormir esa noche uno en el sofá, pero cuando llegaba la noche, se volvían a olvidar y se metían en la cama. 

Probablemente no se despertó por su alboroto, ¿verdad? 

Raven giró la cabeza hacia un lado y casi saltó de la cama. En la oscuridad, Gemma lo miraba con los ojos bien abiertos. 

Pensó que era un fantasma. 

Raven, fingiendo no estar sorprendido y naturalmente volviendo su mirada hacia el techo, preguntó. 

 

“¿Te despertaste por mi culpa?” 

“Vaya. Como siempre, tienes razón” 

“¿Qué quieres decir con eso?” 

“Parece que también tienes miedo de algo” 

 

El corazón de Raven se enfrió. 

 

“… ¿He estado hablando en sueños?” 

 

Afortunadamente, Gemma negó con la cabeza. 

 

“Simplemente siento que estabas teniendo una pesadilla. Entonces te tape la nariz para despertarte. Me lo agradeces, ¿verdad?” 

 

Gemma levantó dos dedos delante de Raven y fingió pellizcarle el puente de la nariz. 

 

“¿Quién en el mundo te despierta tapándote la nariz? ¿No es un intento de asesinato?”

“No te despertabas incluso si te sacudía, así que no tuve más remedio que hacerlo. Así que fue en defensa propia” 

“Eso no es lo que significa defensa propia. De todos modos, perdón por despertarte...” 

 

Raven se quedó sin habla cuando Gemma de repente sacó algo del aire y se lo tendió. 

¿Un oso de peluche? 

Era un viejo osito de peluche marrón del tamaño de un niño de tres años. 

 

“El caballero oso luchará contra la pesadilla” 

“¿... El demonio también hace cosas así?” 

“¿No?" 

“…” 

“Tómalo” 

“No lo necesito” 

 

¿Parecía un niño que se dormiría abrazando un muñeco? 

Raven se alejó del osito de peluche que Gemma sostenía insistentemente y cerró los ojos. 

 

“Vamos, tomalo” 

“Buenas noches” 

 

Frssh.

Le colocaron algo detrás de la nuca. Gemma, de mala gana, dejó el osito de peluche junto a él. 

Un hombre mayor de 30 años que compartía almohada con un osito de peluche. 

Raven volvió la cabeza hacia atrás. Entrecerró los ojos y miró más allá del osito de peluche, Gemma se encogió de hombros. 

 

“La cama es grande. ¿No podemos compartirla los tres?” 

 

Luego, puso el osito de peluche que estaba fuera de la manta dentro de la manta entre ellos e incluso le dio una palmadita. 

 

“Que duermas bien, tú también caballero”

 

De repente, estaba jugando con muñecos como una niña. 

 

“Haaa…” 

 

Que hiciera lo que quisiera. 

Mañana definitivamente lo recordaría y dormiría en el sofá. 

 

“¿Por qué te levantas tan temprano aunque es tu día libre?” 

 

Preguntó Gemma cuando se vistió y salió del vestidor. Gemma todavía estaba acostada en la cama, dando vueltas con su osito de peluche. 

 

“Si bien puedo descansar del trabajo, yo mismo no puedo descansar” 

“Eso es muy malo” 

 

Sólo entonces Gemma se puso de pie. Luego, recogió bruscamente su cabello rubio con la mano, lo ató y lo miró fijamente. 

 

“¿Qué pasa?” 

“¿Tuviste otra pesadilla?” 

 

No la tuvo. Sin embargo, Raven, que en realidad no quería hablar de la pesadilla, fingió no escucharla y recogió la taza de café que la criada había dejado. 

 

“No la tuviste, ¿verdad? Es porque el caballero oso luchó por ti” 

“Vamos, niña. Date prisa y bebe la poción que te convierte en adulta y vuelve tu mente de una niña de 3 años, a la de una mujer de 30” 

 

Gemma sonrió, tomó el café que le dio Raven y entró en el vestidor. 

No era probable que no tuviera pesadillas solo por el oso de peluche.

Raven sonrió mientras miraba la puerta cerrada del vestidor y luego abrió la puerta del dormitorio. En ese momento se encontró con la abuela que pasaba por el pasillo. 

 

“Buenos días” 

 

Sin embargo, la abuela no aceptó el saludo y se limitó a mirar la espalda de Raven, parpadeando. Al darse vuelta, Raven se dio cuenta de su error.

Gemma había vuelto a colocar el oso de peluche sobre su almohada.

 

“¿Caballero oso?” 

 

¿Pero cómo sabía la abuela el nombre de ese muñeco? 

 

“¿Lo has sacado tú?” 

“Gemma…” 

 

Estaba a punto de decir que se lo dio, pero se detuvo. 

Nunca recibió eso. 

 

“Gemma lo puso ahí” 

 

¿Qué era eso? La abuela miró a Raven con ojos serios y preguntó. 

 

“Raven, ¿has tenido alguna pesadilla?” 

 

¿Por qué los ositos de peluche provocaban pesadillas? 

 

“No” 

 

Raven mintió. 

 

“¿En serio? Pensé que Gemma lo había sacado para ti debido a lo que le conté” 

“¿Qué le contaste?” 

“¿No te acuerdas de ese muñeco?” 

“… ¿Es realmente mío?” 

“Creo que el que lleva la capa roja es tuyo y lo guardé en el almacén” 

 

He oído que mis artículos viejos se guardaron en almacenes, pero nunca los he revisado. No parecía que fuera una experiencia especialmente agradable. 

 

“Parece que no lo recuerdas. Bueno… eras demasiado joven” 

 

Cuando era joven, hubo un momento en el que se despertaba todas las noches diciendo que había tenido un sueño aterrador. Por eso su padre dormía en la cama de Raven todas las noches. 

Sin embargo, un día, cuando su padre no pudo llegar a tiempo debido a que trabajaba horas extras, su madre colocó un osito de peluche a su lado. 

Le dijo que ahuyentaría las pesadillas. 

Puede que todo fuera una superstición, pero sorprendentemente dejó de tener pesadillas a partir de ese día. 

 

“Ahora que lo pienso, esta es la primera vez que te cuento esto” 

 

La abuela no le contó a Raven sobre sus padres a menos que él se lo pidiera. Y Raven tampoco preguntó nunca. 

Cuanto más aprendiera sobre los momentos felices, más doloroso se volvería recordar el último momento infeliz.

Como todos los demás, Raven casi había olvidado lo que pasó durante su infancia. De sus padres sólo le quedaba un recuerdo y era el de sus últimos momentos juntos. 

Cuando la abuela se fue, Raven volvió al dormitorio. 

Entonces, saber ese momento feliz lo hizo aún más infeliz...

Quizás ese no fuera el caso, a juzgar por la forma en que sonrió mientras acariciaba el muñeco que tenía huellas de las manos de sus padres y las suyas. 

‘¿Sacó el osito de peluche y me lo dio después de escuchar esa historia?’ 

Sonrió de nuevo. Eso se debía simplemente a que Gemma era peculiar. 

No tenía tres años. Así que ¿cómo podría funcionar eso? En fin, una mujer extraña. 

De repente. 

En el momento en que se abrió la puerta del vestidor, Raven apartó la mano del osito de peluche como si hubiera hecho algo malo. Gemma, que había cambiado por completo, se detuvo al salir.

 

“¿Qué estás haciendo aquí?” 

 

Era su dormitorio, pero la razón por la que preguntaba así era porque Raven siempre iba al comedor tan pronto como terminaba de arreglarse. 

 

“Quiero preguntarte algo” 

“¿Qué cosa?” 

“¿Hay algún lugar al que quieras ir?” 

 

Gemma parpadeó como si hubiera oído algo extraño. 

 

“¿No estás ocupado hoy?” 

“Es mi día libre, ¿verdad?” 

“Dijiste que estabas ocupado antes” 

“La declaración que hice antes de que tomara café no fue mía” 

 

Ella se rió brevemente y luego se quedó en silencio, como pensando a dónde ir. Luego, de repente, preguntó con  sospecha.



CRÉDITOS

TRADUCCIÓN: Ciralak

CORRECCIÓN: Pix


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