Capítulo 6: Perro negro - Parte 2
“¡Jina!”
“¡Jina llegó!”
Cuando llegó al lugar de la reunión, los amigos que llegaron primero saludaron calurosamente a Jina.
Además, otras personas que estaban allí, al escuchar su nombre, comenzaron a murmurar entre ellos. Al observar a los desconocidos, Jina susurró a su amiga que estaba a su lado.
“¿Qué es esto? ¿Por qué nos reunimos en un lugar tan amplio hoy? ¿Cuántas personas vienen?”
El lugar al que acudió Jina fue una reunión llamada ‘Mujeres Cocineras ambiciosas de Londres’.
Era un grupo que se había formado hacía diez años en un foro de internet, y Jina había sido miembro activa desde hacía tiempo. Conoció a varios amigos allí, con quienes era particularmente cercana.
“Hoy hay más personas de lo habitual que dijeron que asistirían”
“Qué raro. Normalmente, después de cambiar de trabajo, no suele venir mucha gente a las reuniones”
Ante las palabras de Jina, su amiga tocó el brazo de Jina.
“¿Por qué crees que vienen tantas personas? Es porque tú dijiste que vendrías. Y más tarde, Chloe también llegará”
“¿Chloe también?”
Jina frunció el ceño ante el nombre de Chloe.
Chloe era una conocida que nunca había simpatizado del todo con Jina. La había conocido en el grupo de jóvenes cocineras, donde Chloe, con su personalidad extrovertida y su atractivo físico, era alguien con quien todos querían entablar amistad.
Sin embargo, su necesidad constante de reconocimiento y sus celos frecuentes generaban conflictos con los demás, convirtiéndola en alguien con quien era complicado mantener una buena relación.
A pesar de que no era fácil decirle directamente que no le agradaba, Jina había mantenido una relación distante pero educada con ella.
Cada vez que Chloe asistía a una reunión, hablaba interminablemente sobre sus logros: que había conseguido trabajo en tal lugar, que el chef ejecutivo la elogiaba mucho, que seguramente pronto sería ascendida. Sin embargo, en la siguiente reunión, sus historias solían cambiar: que el trabajo anterior no tenía perspectivas de crecimiento y por eso lo había dejado, o que todos intentaron convencerla de quedarse, pero decidió rechazarlo por una mejor oportunidad.
Con el tiempo, Jina descubrió, a través de otros, que la mayoría de las veces Chloe había sido despedida por no seguir instrucciones o por intentar destacarse en exceso.
A pesar de esto, Jina y Chloe no habían tenido problemas directos, y su relación seguía siendo superficial. Sin embargo, todo comenzó a cambiar cuando el negocio de Jina empezó a tener éxito.
Casualmente, Chloe también abrió una empresa de catering casi al mismo tiempo que Jina. Como Jina había comenzado antes, Chloe le pidió consejos sobre temas administrativos y legales, los cuales Jina le proporcionó amablemente.
Entonces, aunque respondió agradeciendo, eso fue todo.
Al ver que ni siquiera se molestó en regalar una botella de vino barato, Jina pensó para sí misma: ‘Claro, cómo no’, y simplemente lo olvidó. De todas formas, no tenía interés real en recibir nada. Si le hubiera dado algo, estaba segura de que luego lo usaría para presumir eternamente.
Sin embargo, cuando la empresa de Jina empezó a ganar notoriedad en las redes sociales y a irle bien, Chloe no ocultó su incomodidad. Decía cosas como: ‘Tuvo suerte’, o ‘Seguro le paga a alguien para hacer promoción’, y finalmente comenzó a dejar comentarios malintencionados en la cuenta de la empresa de Jina.
Una vez, debido a un error al iniciar sesión, Chloe publicó un comentario ofensivo desde su cuenta personal sin darse cuenta. Justo en ese momento, Jina lo vio y capturó la pantalla de inmediato. Acto seguido, le envió un mensaje directo a Chloe.
[No quiero discutir contigo por esto, pero si vuelvo a ver algún comentario extraño, te juro que iré a denunciarlo. Así que detente.]
Aunque pensó en divulgarlo, decidió no hacerlo. Este sector era más pequeño de lo que parecía, y si se desataba un escándalo, era muy probable que empezaran a surgir comentarios como: ‘Las mujeres siempre tienen envidia’. Afortunadamente, tal vez por vergüenza, los comentarios malintencionados desaparecieron después de eso. Además, Chloe dejó de asistir a reuniones sociales con regularidad.
El siguiente contacto que Jina tuvo con Chloe fue después de que la empresa de esta última quebrara por culpa de Emily.
[Me enteré. ¿Cómo estás?]
Podía imaginarse claramente el rostro burlón de Chloe al otro lado del mensaje. Pensó en ignorarla, pero sabía que eso solo haría que se riera más, así que le envió una respuesta formal:
[Un poco difícil, pero me recuperaré. Gracias por preocuparte.]
[De nada. Si necesitas algo, no dudes en decírmelo :) ]
El emoji sonriente al final era probablemente el mismo rostro que Chloe tenía en ese momento. Jina decidió no responder más. Ese fue el último recuerdo que tuvo de Chloe.
“¿Por qué viene aquí?”
Dijo en un tono seco sin que se diera cuenta. Su amiga la miró con los ojos abiertos de par en par, como si realmente no supiera nada.
“Chloe intentó postularse para trabajar en la Mansión Aylesford, pero la rechazaron”
“¿De verdad?”
“Sí. Escuché que fue la primera en postularse tan pronto como salió la oferta. Ah, y por cierto, dijo que una vez se acostó con Ian Aylesford”
“¡…!”
Cuando de repente surgió el nombre de Ian, no pudo evitar sobresaltarse.
“¿Con Ian?”
“Sí. Por cierto, ¿lo has visto en la Mansión Aylesford? Últimamente está en todas las revistas y periódicos. Siempre fue un completo desastre, pero ahora anda por ahí fingiendo ser decente porque está a punto de heredar la empresa. Aunque, basura es basura.”
“… No es para tanto”
En momentos como ese, debería simplemente mantener la boca cerrada, pero sin siquiera darse cuenta, salieron palabras defendiendo a Ian.
“¿Lo has visto alguna vez?”
No es sólo que lo haya visto, cocinaba para él todos los días. Además, se encontraban dentro de la mansión con más frecuencia de lo esperado.
Cada vez que se encontraban, él mantenía una distancia adecuada, saludando con cortesía antes de retirarse. Esto hacía que Jina comenzara a confiar más en él últimamente.
‘Aunque, en realidad hay algo que me preocupa…’
Para ser precisos, no era él, sino ella quien era el problema.
‘Sigo teniendo sueños extraños estos días’
En el sueño, ella estaba abrazando a Ian.
Ambos completamente desnudos.
Como si fueran serpientes apareandose, sus cuerpos desnudos se entrelazaban, abrazándose, lamiéndose, frotándose y presionándose. Hacían todo tipo de actos lascivos posibles estando desnudos, excepto la penetración.
En medio de la excitación, ella tomaba su miembro y lo guiaba entre sus piernas, suplicándole que lo metiera, pero Ian sonreía y detenía su mano.
<Aún no.>
Incluso mientras estaba medio dormida, le ofendieron mucho esas palabras.
Si él simplemente la tocara donde más lo necesitaba, todo su deseo quedaría satisfecho. Pero, mientras se deleitaba burlándose de otras maneras, se negaba a dar el paso final.
Cuando ella se aferraba a él, rogándole con frustración, Ian le susurraba mientras mordisqueaba su oreja
<Espera un poco más.>
Jina no entendía qué era lo que él esperaba.
En lugar de completar el acto, él movía su mano. Colocaba la palma sobre su intimidad y frotaba con fuerza. Solo con eso, ella alcanzaba el clímax varias veces.
Después de lograrlo, Ian siempre lamía lo que quedaba en su palma, y si eso no era suficiente, enterraba su rostro entre sus piernas.
Cuando Jina, exhausta, se tumbaba, él subía de nuevo y lamía cada parte de su cuerpo.
Pero al despertar, siempre encontraba su habitación tranquila, como si nada hubiera sucedido. La única diferencia era un aroma fuerte que quedaba en el aire, aunque desaparecía pronto, ya fuera porque su nariz se acostumbraba o porque nunca estuvo allí en primer lugar.
No podía simplemente pedirle a alguien que oliera su habitación para confirmar, así que lo dejaba pasar.
Hubiera sido bueno que solo terminara en un sueño, pero cuando despertaba, su cuerpo se sentía extraño.
Incluso un roce accidental sobre su pecho le provocaba un escalofrío que debilitaba sus piernas. Y no solo su pecho, también entre sus piernas se sentía húmeda, como si realmente hubiera sido tocada toda la noche.
Al principio, llegó a pensar que algo había sucedido de verdad, revisando la cerradura de su puerta varias veces, pero siempre estaba bien cerrada.
‘El interior de mi boca también me hormiguea’
Hubo momentos en que le dolía la mandíbula como si hubiera estado sosteniendo algo grande toda la noche. Sin embargo, no había ninguna marca o evidencia en su cuerpo.
Afortunadamente ese día no tuvo ese sueño. Gracias a eso pudo hacer ejercicio porque su cuerpo se sentía liviano incluso al despertar.
‘No sueño porque Ian no está en la mansión’
Ese pensamiento hizo que Jina se sintiera aún más avergonzada. ¿Acaso eso significaba que realmente deseaba algo con Ian?
Preferiría soñar con un famoso, no con alguien que conocía en la vida real, su rostro se iluminaba automáticamente cuando veía a Ian en la mansión.
Ian, por su parte, se comportaba de manera completamente tranquila, como si no pasara nada.
Al no responder, su amiga la instó.
“¿Realmente lo ves a menudo en la mansión?”
“Bueno, más o menos… yo también estoy en la residencia principal, así que lo veo ocasionalmente”
Cuando respondió bruscamente, el ruido en la entrada llamó su atención. Giró la cabeza y vio entrar a Chloe, que se había esforzado más de lo habitual en su peinado y maquillaje.
“¡Hola chicos! Me asusté porque había un perro negro frente a la entrada. Pero bueno, ¿cómo han estado todos?”
Después de decir eso, Chloe escaneó rápidamente a las personas sentadas dentro con una mirada brillante.
Pronto localizó a Jina y se acercó directamente para saludarla.
“Hola, Jina. Mucho tiempo sin verte. ¿Cómo has estado?”
Sin esperar invitación, dejó su bolso junto al asiento de Jina y se sentó con naturalidad a su lado. Apenas tocó la silla con la espalda, comenzó a interrogarla.
“Oye, ¿es cierto que estuviste de compras en el centro comercial con Ian Aylesford?”
CRÉDITOS
TRADUCCIÓN: Ciralak
CORRECCIÓN: Ciralak

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