Capítulo 6: Perro negro - Parte 3



“¿Cómo supiste eso?”


Cuando Jina volvió a preguntar con el ceño fruncido, la expresión de Chloe se endureció aterradoramente. Fue porque su respuesta no cuestiono lo que dijo, sino porque le preguntó cómo lo sabía y confirmó que la información era cierta.


“¿Qué te compró? ¿Un bolso? ¿Zapatos?”


Preguntó Chloe nerviosamente. Ian Aylesford a veces llevaba a mujeres de compras con él.

Las mujeres a quienes compraba cosas solían durar más tiempo en su círculo que las demás.

Y Chloe...

‘Yo no recibí nada’

En una ocasión, Ian llegó al hotel donde trabajaba Chloe completamente borracho.

¿Había algún problema con la comunicación? La mujer a la que había llamado no llegó, y al darse cuenta, Ian comenzó a coquetear con las mujeres que estaban en el vestíbulo del hotel. Chloe, que por casualidad estaba allí, no dejó pasar la oportunidad.

Subió con Ian a una de las habitaciones más lujosas que había visto en su vida. Pasaron la noche juntos, envueltos en pasión desenfrenada.

Chloe realmente puso todo su esfuerzo en ello. ¿Tanto fue así que Ian, con una expresión complacida, le acarició la cabeza mientras ella estaba entre sus piernas y le dijo que hacía tiempo que no encontraba a alguien tan sumisa como ella.

Chloe sonrió feliz ante aquel comentario y se esforzó aún más para complacerlo.

Pero todo terminó ahí.

Después de que ella se durmiera, Ian se marchó y nunca volvió a contactarla. ¡Incluso le había dejado su número de teléfono intencionadamente!

‘No respondió ni siquiera cuando lo llamé’

Estaba claro que probablemente había sido bloqueada.

La semana después de que se acostó con Ian, lo filmaron saliendo de un hotel con una cantante famosa. Y también le compró mucha ropa y bolsos.

Al ver esas fotos, Chloe lo entendió. Para Ian, ella no valía ni el precio de un par de zapatos.

A pesar de ello, Chloe no dirigió su ira hacia Ian, sino hacia la cantante que estaba con él, como si aquella mujer le hubiera robado algo que le pertenecía por derecho.

Incluso con el paso del tiempo, Chloe difícilmente podía olvidar a Ian. No fue porque lo amaba.

Fue porque se arrepintió de haber perdido la mejor oportunidad de su vida. Entonces se encontró con una oferta de trabajo en la mansión Aylesford.

Al principio, la información sólo estaba disponible para unas pocas personas. Chloe escuchó la noticia por primera vez a través de un hombre casado con el que estaba saliendo. Por supuesto, presentó su solicitud de inmediato. Pero no fue aceptada.

De haber sido rechazada desde el principio, lo habría aceptado, pero mintió diciendo que no fumaba, y la atraparon en el examen.

Se sintió avergonzada y, además, le cobraron los costos del examen, lo que la hizo enfurecer.

Desde entonces, Chloe siguió pendiente de las ofertas de empleo en la mansión Aylesford. Se sentía aliviada al escuchar que nadie lograba ser contratado.

En ocasiones, alguien conseguía el puesto, pero nunca duraba más de dos días antes de que se rescindiera su contrato.

Un día, Chloe notó que la oferta había desaparecido, y luego descubrió que Jina había sido la contratada.

‘¿Tenía que ser ella?’

No quería que nadie consiguiera ese puesto, pero que fuera precisamente la chica que más detestaba era algo que no podía soportar.

Para confirmar si era verdad, preguntó discretamente a otra amiga cercana a Jina, quien no solo confirmó la noticia, sino que añadió, sin que ella lo pidiera, que Jina estaba adaptándose perfectamente.


“Y además, cenaste con él, ¿verdad? En aquel lugar en Mayfair”

“¿Cómo lo supiste esta vez?”

“Lo vi en las redes sociales. Porque era un chef al que seguía desde hace tiempo”


En respuesta a las palabras de Chloe, Jina presionó sus sienes, evidentemente molesta. Habían estado conversando y, en algún momento, habían tomado una foto que, al parecer, habían subido.


“Está bien, dejando eso de lado, ¿cómo supiste lo del centro comercial? ¿Quién te lo dijo?”

“Simplemente lo escuché por ahí. Ah, voy a saludar a los demás un momento”


Chloe evitó contestar, simplemente tomó su teléfono y se levantó. Luego fue a otra mesa, donde saludó de manera superficial a algunos amigos que no veía desde hacía tiempo, mientras movía sus manos con rapidez.


[Ha llegado Jina. Solo hay que avisarle cuando vaya a salir, ¿verdad? Pero no creo que sea fácil darle la droga; casi no bebe alcohol.]


Entonces la respuesta llegó inmediatamente de la otra persona.


[Si lo logras, te daré otras 1000 libras tan pronto como salga del local.]


Chloe pensó por un momento y respondió.


[Lo intentaré.]


Chloe rápidamente guardó su teléfono en su bolsillo por si alguien la veía, miró por la ventana y se sobresaltó.

Allí estaba el mismo perro negro que había visto sentado junto al local al llegar, mirándola fijamente.

Tal vez era su color lo que le resultaba inquietante, pues a menudo se considera de mal augurio. Aunque solía gustarle los perros, aquel en particular despertaba en ella un rechazo instintivo.


“Fuera. ¡Vete!”


Chloe hizo un gesto con la mano hacia el perro. Pero el perro no se movió en absoluto y miró a Chloe con ojos brillantes.


“¿Chloe? ¿Qué estás haciendo?”


Una amiga que pasaba por allí la vio agitando la mano y le hizo una pregunta como si estuviera desconcertada. Chloe miró a su amiga y señaló afuera.


“Ese perro…”

“¿Perro? ¿Qué perro?”


La amiga la miró como si no entendiera a qué se refería. Confundida, Chloe giró la cabeza hacia la ventana nuevamente, pero el perro que había estado sentado allí hace solo un momento ya no estaba. Había desaparecido.


* * *


La reunión continuó hasta altas horas de la noche. Con el paso del tiempo, las botellas de vino vacías quedaron esparcidas aquí y allá.

Si todo terminara con vino, sería un alivio, pero entre las botellas de vino comenzaron a aparecer también botellas de whisky, una tras otra.


A medida que la tensión disminuía, las personas, movidas por una curiosidad reprimida, se agruparon en torno a Jina.


“¿Cómo es la Mansión Aylesford? ¿Es cierto que el señor Simon vive allí? Sabes que lo admiro muchísimo, ¿verdad? La verdad, preferiría que diera conferencias o trabajara como consultor; ahora, siendo el chef personal del presidente de Aylesford, casi nunca aparece en ningún otro lado. Será por la edad, pero ni siquiera usa redes sociales...”

“¿Realmente hay un invernadero de cristal en la mansión y allí se realiza cultivo hidropónico? Escuché que también crían gallinas y ovejas, ¿es verdad? Dicen que lo mejor de la granja Aylesford proviene de allí”

“Oye, ¿puedo saber cuánto es tu salario?”


Jina se sintió mareada en medio de las preguntas.


“Un momento, un momento. Déjenme revisar mi contrato”

“¿Tu contrato? ¿Por qué?”

“Porque incluye una cláusula de confidencialidad”


Jina miró el contrato que había aceptado. Lo que no debía mencionar era el menú de comida preparado para el presidente e Ian en el interior, la estructura de la mansión y el estado de salud de las dos personas.


“Vi ese invernadero en un documental sobre Aylesford. Es enorme. Incluso hay edificios separados donde se alojan los trabajadores”


Las palabras de otra amiga le hicieron entender por qué la información sobre el exterior de la mansión no estaba protegida en el contrato: ya era pública y, por ende, no era un secreto.


“Bueno, en primer lugar, lo de los cultivos en el invernadero es verdad. Pero solo se utiliza lo que se produce allí. Hay gallinas y ovejas, pero no las sacrifican, así que simplemente las crían. La carne se entrega por separado todas las mañanas. Y el salario exacto es un secreto. Pero me pagan muy bien”

“Escuché que hay un edificio separado para los empleados. ¿Están bien los alojamientos allí?”

“Yo vivo en la mansión principal, así que no lo sé”


A medida que Jina respondía, el rostro de Chloe, quien estaba sentada junto a ella, se iba oscureciendo.

Cada palabra de Jina, dicha sin intención aparente, tocaba todas las cosas que Chloe siempre había deseado. 

Ella, que había sido prácticamente expulsada tan pronto como llegó, se llenaba de envidia al saber que Jina vivía no en los alojamientos para empleados, sino en la mansión principal.

Chloe apretó los labios mientras miraba la copa vacía de Jina, que llevaba rato sin llenarse.


“¿Te gustaría beber algo más?”


Jina le lanzó una mirada interrogante, como preguntándose por qué actuaba así, y negó con la cabeza. En cambio, aceptó rápidamente otra bebida que le ofreció otra amiga.

La conversación continuó. Naturalmente, el grupo seguía girando en torno a Jina, compartiendo historias y comentarios. En un momento, Jina se levantó para ir al baño, dejando su lugar vacío. Chloe aprovechó la oportunidad.

Mientras los demás reían distraídos con otro tema, Chloe vertió algo en la copa de Jina y lo mezcló con el muddler que encontró cerca. El polvo se disolvió rápidamente.

‘Dijo que era incoloro e inodoro’

Así que no había manera de que se diera cuenta.

‘Además, no es algo realmente peligroso’

Por supuesto, no creyó en esas palabras. Aun así, por si acaso, vertió un poco en el cuenco de agua para perros que estaba en la entrada del pub cercano. El perro que bebió de ahí no mostró grandes problemas.

Parecía algo mareado, pero eso fue todo. No era como si fuera a morir, así que ¿qué importaba?

Poco después, Jina regresó. Aunque no había visto qué había hecho Chloe, durante un buen rato no tocó su copa. Cuando Chloe sintió que su corazón iba a estallar y trató de taparse la boca, Jina finalmente tomó la copa y dio un sorbo.

Sin embargo, enseguida dejó la copa sobre la mesa. Entre el bullicio, Jina frunció el ceño, vertió lo que quedaba de bebida en una botella vacía cercana y comenzó a beber agua repetidamente.

‘¿Te diste cuenta?’

Pero aparte de eso, Jina no hizo nada más. Después de un rato, Jina se levantó sosteniendo su bolso.


“Lo siento. Creo que ya debo irme”

“¿Por qué? ¿No vas a quedarte más? Dijiste que hoy era tu día libre y que mañana tampoco tenías nada por la mañana”

“Sí, pero... creo que debería irme a casa temprano y dormir”


Sus amigos intentaron detenerla, pero Jina realmente parecía cansada, así que terminaron dejándola ir. 

Se despidió con cordialidad a los que seguían ahí. Luego, tras un instante de duda, también agitó la mano hacia Chloe.


“Me voy primero, Chloe”

“Sí, que te vaya bien”


Chloe sonrió mientras agitaba la mano. Apenas Jina salió, Chloe sacó su teléfono y envió un mensaje de texto.


[Se fue.]


* * *


“Uf, hace frío”


Jina se cruzó de brazos y suspiró. Al salir del establecimiento, el frío le golpeó de inmediato. Por primera vez, añoró de verdad la calidez exagerada de su habitación en la mansión, donde generalmente me quejaba de que la calefacción era demasiado fuerte, pero hoy realmente la extrañó.

Al buscar, descubrió que la línea del autobús que pasaba cerca y la dejaba a una parada de distancia de la mansión, aun estaba funcionando.

Estaba empezando a sentirse somnolienta, pero pensó que, si tomaba el autobús y caminaba desde la parada, para cuando llegara a la mansión habría despejado su mente.

Tal vez fue porque era apenas el comienzo del año, pero era una época en la que no había muchas reuniones, por lo que todos menos uno o dos pubs que permanecían abiertos hasta tarde estaban cerrados.

El área alrededor de la estación Angel, que hasta hace unos años había sido la más animada de Londres, estaba completamente desierta en medio de la noche, contrastando con el bullicio del día.

Mientras caminaba rápidamente, pensando que tenía que apresurarse a llegar a la parada del autobús, un automóvil se acercó detrás de Jina.


“¿…?”


Pensó que simplemente pasaría de largo, pero, de repente, la puerta lateral se abrió y alguien extendió el brazo, tirando de Jina hacia el interior del coche.



CRÉDITOS

TRADUCCIÓN: Ciralak

CORRECCIÓN: Ciralak


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